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Ching Shi o Jing Si (en inglés) fue el nombre que la Maestra se dío a sí misma cuando dejó la comodidad de su hogar después del fallecimiento repentino de su padre, en búsqueda de la práctica del budismo y del sentido de la vida.
Ching Shi son dos palabras en chino que significan pensamientos o reflexiones calmos. Al mismo tiempo, es el nombre de linaje de Tzu Chi. La Maestra quería que estas palabras le recuerden la dirección de su vida en cada instante. Ching Shi invita a uno a contemplar. La primera palabra Ching combina serenidad como en las montañas verdes y competir con nadie; también nos recuerda que debemos permanecer inmóbiles en nuestra paz interior. Incluso incluye un mensaje ambiental, el de proteger la tierra y la pureza de la naturaleza. La palabra Shi combina campo de bendiciones y cultivado por el corazón, que nos invita a despertar y desarrollar continuamente nuestra bonda innata.
La Maestra, teniendo presente las seis palabras en chino que le enconmedó su Maestro al recibir sus votos monásticos, “por el budismo, por todos los seres”, humanizó el budismo a demostrarnos como aplicar las enseñanzas de Buda en nuestra vida diaria. Nos inculcó a practicar internalmente “la honestidad, y lo correcto; tener la creencia correcta, y poner en acción lo correcto” y externamente la compasión y el dar sin esperar nada a cambio. Con este espíritu se desplegó de a poco las misiones de Tzu Chi: caridad, medicina, educación, cultura humanística, donación de médula ósea, ayuda internacional en casos de desastres, protección ambiental y voluntarios de la comunidad.
Después de convertirse en una monja, la Maestra tomó el voto de no recibir donaciones para su subsistencia, Ella quería ser auto-suficiente. Siguiendo los pasos de su Maestro, “un día sin trabajar, un día sin comer”, Ella y sus discípulos hicieron todo tipo de trabajo para mantenerse. Empezó con trabajo manuales como haciendo velas y bolsas de papel, y cosiendo zapatos para niños. Esta tradición continúa aún hoy en día, 54 años más tarde. Hoy los productos de Ching Shi incluyen libros, té orgánicos, arroz y fideo instantáneos para situaciones de emergencia, jabones, etc. Todo estos productos son preparados con amor y esmero por las maestras monásticas. Las casi 200 discípulas monásticas de la Maestra mantienen el hogar de Ching Si en Hualien. Voluntarios provenientes del mundo entero, empleados de la Fundación Tzu Chi, pueden vivir y comer sin pago alguno cuando regresan a la casa espiritual de Tzu Chi. Por ende, Ching Shi es la base, el pilar de Tzu Chi.