Ahora mismo, lo que el mundo más necesita es armonía. Cuando no hay armonía entre las personas, el mundo no puede estar en paz. 

A menudo digo que la paz y la seguridad deben venir de los corazones de las personas. Si los corazones de las personas no son armoniosos, ¿cómo podemos llevar los cuatro elementos en armonía? Si la gente no está en armonía, ¿cómo puede el clima del mundo, el macrocosmos, estar en equilibrio? Es por eso que constantemente digo que todos debemos tener una mentalidad arrepentida. Debemos estar atentos de lo que nos dicen los desastres. No importa cuán lejos de los desastres estamos, debemos seguir alentando a todos a orar con sinceridad y reunir el poder del amor juntos. Sin embargo, sin arrepentimiento, las oraciones son inútiles; sólo cuando oramos mientras nos arrepentimos, podemos realmente poner fin a los desastres.

Aparte de los desastres tangibles debidos a inundaciones, incendios y tormentas, existe esta pandemia invisible e intangible. La gente no ha podido detener la pandemia, por lo que seguimos pidiendo a todos que oren sinceramente.

¿Qué podemos hacer para expresar nuestra sinceridad? Sólo podemos practicar el amor. Debemos expresar nuestro amor en acción; sólo entonces podrá convertirse en “amor completo”. Hay un dicho, “Un hogar que practica buenas obras ciertamente tendrá bendiciones más que suficientes”. Cuantas más personas amables haya en cada familia y cuanto más miembros de la familia haya que estén dispuestos a beneficiar a los demás, más pacífica y feliz será la familia. Y cuantas más familias hayan en la sociedad que hagan buenas obras, más pacíficas y felices volverán las sociedades. Por lo tanto, necesitamos buenas personas para acumular bendiciones y felicidad.

Nuestras mentes están afligidas por los Tres Venenos de la avaricia, la ira y la ignorancia, y los pensamientos de avaricia, ira e ignorancia de la gente, cuando se expresan a través de sus acciones, dan lugar a desastres. Espero que todos escuchen mis palabras y eliminen los Tres Venenos de la mente. Si no se eliminan los Tres Venenos de la mente, las tres calamidades mayores y las tres menores —incendios, inundaciones, tormentas, epidemias, hambrunas y guerras— continuarán ocurriendo incontrolablemente en el mundo.

En resumen, los desastres naturales son el resultado del karma de los seres humanos. Por eso debemos cultivar la bondad. Sólo estaremos en paz cuando creamos bendiciones para el mundo. Pero una vez que realmente tenemos la aspiración de beneficiar a otros, ¿cómo lo hacemos? La fuerza de un individuo es muy limitada, por lo que debemos inspirar a más personas para que todos puedan trabajar juntos en unidad para ayudar a otros con el poder del amor. Este “amor completo” se extiende no sólo a nuestros semejantes sino a todos los seres y todas las cosas. Por esta razón, debemos ver a todos los seres como uno y promover el vegetarianismo. Para coexistir con todos los seres vivos, necesitamos una mentalidad imparcial, nutrida a través de las Cuatro Mentes Infinitas de gran bondad amorosa, compasión, alegría y ecuanimidad. Continuemos animando a todos a formar aspiraciones para practicar juntos el Camino del Bodhisattva; esta es la única manera de restablecer el equilibrio del clima.

No sólo podemos transformar el clima del planeta a través de la unidad, la armonía, el amor mutuo y el esfuerzo concertado, el ambiente entre las personas también se puede cambiar para llegar a ser armoniosa y feliz. El poder del amor se manifiesta a través de los pensamientos y acciones de cada persona. Debemos animarnos unos a otros a hacer esto, no sólo en esta vida, sino también en todas nuestras vidas posteriores. Animémonos unos a otros en esto.