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¿Cuánto cuesta aprender el amor de Tzu Chi?

7/7/2021. Paulo y la granja del Gran Amor. Con el amor de los voluntarios, esta finca se convierte en el mayor campo de hortalizas de Metuchira. Photo/Tzu Chi Mozambique

Por la Fundación Budista Tzu Chi | Traducido por Delsi Fonseca

Publicación #14

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La pandemia de COVID-19 ha afectado severamente a Mozambique. Las empresas se estancaron, hay falta de empleo y todo cuesta más. Aquellas personas que se ganan la vida con trabajos ocasionales no pueden encontrar trabajo. Encima de esto, Mozambique ha sido azotado por los ciclones, ¿cómo pueden los pobres sobrevivir semejantes dificultades causadas por la pandemia?

Paulo es uno de los primeros voluntarios de Tzu Chi en Metuchira en la provincia de Sofala. Desde marzo del 2020, él ha pedido a 1.700 voluntarios cultivar 5 campos para que la cosecha sea distribuída a las personas necesitadas.

Todos los días Paulo camina 3 horas para llegar a los campos, no importa si llueve o si hay sol. En su camino, él aprovecha la oportunidad para esparcir el espíritu de Tzu Chi y reclutar más voluntarios para ayudar en los campos. Él planifica y prepara el calendario para más de 1.000 personas. Cada turno tiene solamente 25 personas por las regulaciones de la pandemia. Durante el transcurso de varios meses ya había arreglado turnos para 5.000 personas-turnos para que trabajaran en los campos. Como resultado, sus cosechas fueron mejor que otras.

Como todos los voluntarios son del mismo pueblo, ellos saben donde viven los más necesitados. Ellos llevan la cosecha a los más pobres de los pobres de Metuchira. Para octubre del 2020, ellos alcanzaron a ayudar a 3.600 personas-turnos.

¿Cómo consiguió Paulo tantos campos para cultivar? “Cuando encontramos tierra desocupada, contactamos al dueño, le explicamos nuestro proyecto y que la cosecha de los campos será distribuída para ayudar a los más necesitados. Así que nos prestó su tierra, esperando que pudiéramos ayudar a más personas de edad avanzada como él”, dijo Paulo. De esta forma, voluntarios pueden cultivar en la tierra y usar la cosecha para ayudar a personas necesitadas.

El amor se esparce como ondas. Mientras visitaban a las personas carenciadas, los voluntarios encontraron que muchas personas de edad más avanzada dormían en el suelo sucio porque no tenían tapetes en casa. Como el voluntario Fernando es un excelente artesano, él decidió producir y enseñar a la juventud este arte; así, trabajando juntos, hicieron al menos 400 alfombras de paja para personas necesitadas. Las personas de mayor edad no tendrán que dormir en el suelo sucio nunca más.

En Mozambique, los pobres ayudan a los pobres. La voluntaria Zerlina quiere ayudar y dijo: “Aunque no pueda hacer una donación, puedo dar con amor y hacer todo lo posible para ayudar a otros”.
Por medio de la cultivación espiritual con los voluntarios de Tzu Chi, los voluntarios locales ahora están inspirados a dar—tal como lo cantan en esta canción todo el tiempo:
“¿Cuánto cuesta aprender el amor de Tzu Chi?
¿Cuánto?
Nada en absoluto.
Todo lo que tienes que hacer es dar con amor”.
En efecto, ellos al dar con amor se dieron cuenta de que la mayor bendición es dedicarse desinteresadamente. De esta forma, el gran amor ilumina sus corazones.

Es nuestro deber no causar daño a los demás. Pero el tener un buen corazón y no hacer cosas buenas, es igual que no hacer nada

7/7/2021. Llevan la cosecha a los más pobres de los pobres en Metuchira. Foto/Tzu Chi Mozambique

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