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Los frutos del apoyo constante

Primera capacitación de voluntarios hecha en el Campus Médico de Tzu Chi, en Tijuana, México, el 7 de agosto de 2022. Foto/Daai News

Escrito por: JuanMa Bonilla | Editado por: M. Carolina Saheli

Publicación #17

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Los frutos de la ayuda a largo plazo

Tzu Chi trabaja en todo el mundo para ayudar a las personas necesitadas con amor y compasión. Los voluntarios de Tzu Chi crean conexiones reales con estas personas y encuentran soluciones innovadoras a sus problemas a través de una evaluación exhaustiva de sus necesidades. Un ejemplo de los esfuerzos globales de Tzu Chi es la ayuda que brinda en Tijuana, Baja California, México, donde ha trabajado durante muchos años ayudando con la construcción de una escuela y ofreciendo servicios médicos gratuitos a hogares de ancianos, hospicios y a los habitantes necesitados. A través de estos esfuerzos, Tzu Chi planta semillas de compasión en estas comunidades, semillas que han ido creciendo con el tiempo aportando a la creación de nuevos grupos de voluntarios listos para llevar ayuda a otros.

Los niños y niñas que se gradúan de la Escuela Primaria Tijuana Tzu Chi han aprendido sobre los valores más importantes de Tzu Chi. Todos los estudiantes realizaron actividades con el fin de agradecer a los voluntarios, a los maestros y a sus padres por el constante apoyo.

Un desarrollo positivo en la comunidad

Parte del desierto de Tijuana está habitado por personas necesitadas que construyen sus casas con tablones y láminas. Foto/Songgu Cai

El 10 de julio de 2022, un grupo de voluntarios de Tzu Chi de Los Ángeles y San Diego viajó a Tijuana, México, para apoyar a 66 estudiantes que se graduaron de la Escuela Primaria Tijuana Tzu Chi y fueron testigos del impacto positivo que ha tenido la fundación en la comunidad La Morita, donde se encuentra la escuela. Tzu Chi inició la construcción de esta escuela en 1996, siendo esta la primera escuela pública que la fundación reconstruyó en conjunto con el Ministerio de Educación de México. Esto marcó un momento importante para la comunidad de La Morita porque trajo educación a los niños de la zona y el crecimiento de la comunidad como resultado.

Tzu Chi comenzó a construir esta escuela cuando la zona estaba desolada, pero ahora se puede ver lo próspera que es.

El día del evento, las calles se llenaron de vendedores ambulantes y padres felices que llegaron a ver a sus hijos e hijas obtener este galardón que pocos niños y jóvenes tienen la oportunidad de lograr en las zonas de bajos ingresos de México. La escuela primaria cuenta con varias etapas que se han ido expandiendo para suplir la necesidad educativa de los niños. Los pasillos y las aulas están decoradas con los Aforismos Jing Si de la Maestra Cheng Yen que los maestros y alumnos seleccionaron y pintaron a mano. La filosofía y enseñanzas de Tzu Chi se le enseña a los niños del colegio para ayudarlos a formar su carácter, impulsar la compasión por los demás y promover el cuidado del medio ambiente y de su comunidad.

Desde que Tzu Chi llegó a la comunidad La Morita, ha habido muchos cambios. Educamos a nuestros hijos con la gratitud, el respeto y el amor de Tzu Chi, asegurándonos de que crezcan en un ambiente amoroso. Cuando vienen a este hermoso y limpio campus, se sienten como en casa.

Estudiantes, maestros, padres y voluntarios de Tzu Chi se unen y bailan con la música en el patio de recreo al final de la ceremonia de graduación. Foto/Zongchang Song

Viajes largos, corazones generosos

Además del apoyo educativo que brinda Tzu Chi en Tijuana, los voluntarios a menudo realizan visitas en diferentes comunidades. Los voluntarios Ah Mui Manguy, Sihong Wang, Kunrong Xie, Xiuyun Cai y otros voluntarios de gran corazón, han realizado largos viajes desde Los Ángeles y San Diego hasta Tijuana cada semana durante más de 15 años. Ellos han dedicado sus vidas a llevar ayuda médica a las personas más necesitadas, y todos sus esfuerzos han llevado al desarrollo de las clínicas gratuitas al igual que apoyo directo a hospicios de enfermos con SIDA y hogares de ancianos.

La Venerable Maestra Cheng Yen ha dicho: ‘Cuando se trata de hacer lo correcto, simplemente debemos hacerlo’. Así que lo mismo ocurre con el voluntariado. Hay que tener confianza y dar sin pedir nada a cambio.

Los voluntarios de Tzu Chi y los voluntarios médicos trabajan juntos para animar y consolar a los pacientes física y mentalmente. Foto/Shuli Lo

Sihong Wang, un voluntario de Tzu Chi que vive en Los Ángeles, California, ha dedicado su vida a ayudar a otros. Él y Kunrong Xie, quien vive en San Diego y es muy hábil hablando español, establecieron Mexican Care Mission USA para proveer ayuda médica, financiera y alimentos a esas personas que sufren por la pobreza. Durante 17 años, Sihong Wang ha estado manejando durante seis horas entre Los Ángeles y Tijuana cada semana para llevar ayuda médica a los residentes más necesitados y, al mismo tiempo, cultivar el deseo en los residentes de convertirse en voluntarios. Poco a poco, Sihong Wang y Kunrong Xie comenzaron a mover insumos médicos creando así las bases del apoyo médico de Tzu Chi en Tijuana.

El 22 de octubre de 2022, los voluntarios de Tzu Chi distribuyen suministros de socorro en Tijuana y los residentes locales se llenan de gratitud. Foto/Shuli Lo

La voluntaria de Tzu Chi, Xiuyun Cai, esposa de Sihong Wang, fue una de las fundadoras de Tzu Chi en los Estados Unidos. Ambos han llevado mucha ayuda a Tijuana apoyando hogares de ancianos, hogares de personas indigentes y hospicios para personas con SIDA. Durante más de diez años, Sihong y Kunrong han trabajado arduamente en Tijuana. Gracias al trabajo de estos voluntarios dedicados, el subsidio médico permite que los pacientes reciban un buen tratamiento y se recuperen lo antes posible.

Nuestro objetivo común es hacer el bien con amor. Eso lo entendemos muy bien.

Las semillas de la compasión comienzan a crecer

Las buenas acciones de la fundación en Tijuana no permanecen sin ser reconocidas, y poco a poco se ha sembrado la semilla de la compasión en los corazones de sus residentes. Es por esto que el 7 de agosto de 2022 se llevó a cabo el primer evento de capacitación de voluntarios en las clínicas gratuitas de Tzu Chi. Todos estaban muy emocionados de comenzar esta nueva aventura, y los voluntarios más veteranos se encontraban muy contentos de ver el deseo de ayudar de las 20 personas que formaron parte del curso.

Ah Mui Manguy (derecha), le explica a los asistentes el propósito de las alcancías de bambú. Foto/Daai News.

Charito Ruiz, fue la maestra de ceremonias durante todo el curso. Ella compartió que se convirtió en parte del cuerpo de voluntarios de Tzu Chi después del terremoto del 2007 que sacudió México, cuando ella vivía en Jojutla, cuando ella vivía en Jojutla. Ahí es donde conoció a la fundación y quedó impresionada con la operación de emergencia que Tzu Chi desplegó. También comentó que en 2021, tuvo que mudarse a Tijuana debido a la enfermedad de su padre, pero los voluntarios de Tzu Chi siempre se mantuvieron en contacto con ella y le ayudaron a encontrar un lugar donde vivir.

Charito Ruiz, comparte algunas historias personales durante el evento. Foto/Daai News.

Es increíble ver cómo las mismas personas que reciben ayuda de Tzu Chi buscan devolver a los demás a pesar de que tienen sus propias limitaciones. Cindy Rolow Flores, quien conoció a Tzu Chi como paciente, ahora brinda sus servicios de taxista a los voluntarios que necesitan transporte. De forma similar, Gregoria, una paciente diabética que recibe tratamiento con Tzu Chi, llegó a la clase para compartir su testimonio: “Tengo úlceras en mi cuerpo y una herida de amputación que nunca se ha curado. Su presencia me ha ayudado mucho. Voy a la clínica gratuita todos los días y no solo recibo tratamiento, sino que también recibo donaciones de medicamentos, pañales y comida. Tzu Chi me hace sentir protegida”. Gracias a estos tratamientos continuos, las heridas de Gregoria han mejorado, lo que hizo muy felices a los voluntarios.

Durante uno de los momentos más difíciles de mi vida, Tzu Chi me ayudó a mí y a mi esposo y estoy muy agradecida con todos los voluntarios que vinieron a verme. Ese día cambió mi vida

Gregoria, una paciente con diabetes, acude a las consultas de Tzu Chi, y participa en el curso. Foto/Daai News.

El compromiso de ser voluntario

Cada uno de los participantes recibe una alcancía de bambú, algunos piden más para llevárlas a sus familiares. Foto/ Daai News.

La primera comisionada de Tzu Chi en Tijuana, Sylvia Bernal, dijo que quería animar a los nuevos voluntarios a tomar esta decisión como una misión de vida para hacer del mundo un lugar mejor. Sylvia compartió que una vez le prometió a la Venerable Maestra Cheng Yen que ayudaría a las personas por el resto de su vida, y aunque no ha estado activamente con Tzu Chi desde hace tres años, su misión de ayuda nunca ha cesado. Su personalidad llenó el evento de mucha energía y comentó: “Regresar aquí y estar con Ah Mui Manguy nuevamente me produjo un sentimiento familiar. Me encanta sentirme así. Tzu Chi es amor. Poder regresar a este equipo me hace sentir feliz”.

Los voluntarios encargados del entrenamiento se dedicaron a hablar sobre los diversos temas de Tzu Chi y explicaron a los cursantes el origen y funcionalidad de las alcancías de bambú. También les enseñaron sobre la vestimenta de los voluntarios que es tan representativa de la fundación ya que muchas comunidades que reciben ayuda de Tzu Chi los reconocen por eso. Por otro lado, el voluntario Tzu Rong habló sobre el vegetarianismo como una forma de vida más amigable para el planeta. El objetivo final de la capacitación era que los nuevos voluntarios aprendieran sobre la filosofía de Tzu Chi, sus misiones, y tuvieran la oportunidad de explorar más en profundidad sus deseos de ayudar.

Tendré amor para los necesitados, serviré con alegría, ayudaré a otros con valentía y dejaré que la gente vea el entusiasmo en mi corazón.

Al finalizar el entrenamiento, cada participante recibe cuencos y palillos hechos con materiales ecológicos, además de otros artículos de Tzu Chi. Foto/ Daai News.

Ayuda médica que hace la diferencia

El 5 de octubre de 2022, un grupo de voluntarios liderado por el Dr. Sihong Wang se reunió en su casa a las 5 a.m. para emprender el largo viaje hasta San Diego, donde se juntaron con la organizadora de la actividad Ah Mui Manguy. Finalmente, se dirigieron a Tijuana para iniciar la jornada de asistencia médica, la cual reanudó la actividad habitual de las clínicas gratuitas tras una disminución en su operación debido a la pandemia de COVID-19. Gracias a la ayuda de los nuevos voluntarios de Tzu Chi de Tijuana, el centro se fue reactivando poco a poco durante los meses anteriores. 

Los voluntarios de Tzu Chi abrazan cálidamente a los residentes del asilo de ancianos. Foto/Shuli Lo

Los voluntarios médicos de Tzu Chi utilizaron esta oportunidad para ofrecer los servicios de medicina tradicional china, acupuntura y odontología.

Luego de atender a los pacientes en la clínica y entregarles los bienes que traían los voluntarios de EE. UU., el equipo se dirigió a un hospicio de enfermos con SIDA que opera en Tijuana desde hace 30 años. El hospicio tiene una larga historia y ha logrado llegar a ser reconocido por la Federación de SIDA Europea debido al cuidado que ofrece a sus pacientes. Tzu Chi ayuda al hospicio desde hace 13 años con apoyo financiero y otras actividades. El Dr. Wang y la voluntaria Ah Mui Manguy llevaron alivio a los residentes con sesiones de acupuntura y donación de alimentos.

Los doctores que formaron parte del operativo ofrecen tratamiento de acupuntura a los pacientes. Foto/Shuli Lo

Gracias al apoyo del Dr. Wang y la voluntaria Ah Mui Manguy, las condiciones en el hospicio han mejorado mucho, sin embargo hay varios pacientes que se encuentran muy graves y requieren de una atención más especializada. Uno de los voluntarios de Tzu Chi comenta sobre el estado de algunos de los pacientes más delicados que se encuentran en el hospicio y menciona que es difícil brindarles un espacio adecuado. Muchos de estos pacientes se mantienen con vida con equipos obsoletos y tienen poco espacio en sus habitaciones debido al espacio limitado y la cantidad de personas necesitadas.

Después de visitar el hospicio, los voluntarios se dirigieron al asilo de ancianos “Casa para Ancianos El Refugio” donde Tzu Chi también ha brindado ayuda durante varios años. El hogar cuenta con más de 149 personas con diversos problemas, haciendo difícil su mantenimiento. El Dr. Wang y Ah Mui Manguy han donado medicinas, pañales, comida y dinero durante años y cada vez que visitan atienden a pacientes en las clínicas de Tzu Chi. La labor de los voluntarios nunca termina, pero es menos exigente gracias al trabajo en equipo de todos y el esfuerzo de los nuevos voluntarios locales.

Muchos de los pacientes del hospicio sufren de problemas de movilidad debido a que algunos de ellos han tenido amputaciones de sus extremidades. Foto/Shuli Lo

La mayoría de los pacientes están gravemente enfermos y necesitan medicinas y oraciones. Gracias a los voluntarios de Tzu Chi por escuchar nuestras voces y ayudarnos durante tanto tiempo. Gracias también por difundir nuestra situación y permitir que más personas amables vengan a apoyar y cuidar este hogar.

Unos días después, el sábado 8 de octubre de 2022, una clínica dental gratuita fue dirigida por voluntarios de Tzu Chi y por la Dra. Martha Rosa Lucero, del Grupo Dental Lucero, en la clínica médica de Tzu Chi en Tijuana. La doctora decidió ofrecer su experiencia como odontóloga a personas con necesidades de tratamiento en su país de origen, iniciando así el Grupo Dental Lucero. La Dra. Lucero ha brindado ayuda en Tijuana durante 12 años.

A pesar de sus buenas intenciones, la doctora se encontró con el obstáculo de que muchas clínicas dentales de México no estaban interesadas en ser parte de su deseo de dar servicios gratuitos. Sin embargo, la Dra. Lucero encontró el sustento que buscaba en Tzu Chi y así empezó una relación de apoyo entre el Grupo Dental Lucero y las clínicas de Tzu Chi en Tijuana. Durante tres años ambos han mantenido esta sinergia y gracias a esta alianza ha sido posible ayudar a muchas personas con problemas dentales que no tienen la capacidad monetaria para resolverlos. La Dra. Lucero ha donado cuatro equipos de odontología para las clínicas gratuitas desde entonces.

Nuestra primera paciente dijo que quería buscar trabajo, pero había perdido todos sus dientes frontales y le decían que parecía una alcohólica. Los dientes perdidos afectan las posibilidades de una persona de recibir un trato justo.

Muchos de los pacientes del hospicio sufren de problemas de movilidad debido a que algunos de ellos han tenido amputaciones de sus extremidades. Foto/Shuli Lo

La autoestima de los pacientes se ve afectada por el aspecto de sus dientes y comentarios de sus compañeros o familiares al respecto. Es por eso que la labor de brindar esta ayuda odontológica por parte de Tzu Chi y Grupo Dental Lucero es muy positiva para los pacientes ya que les devuelve la autoestima y confianza que necesitan para retomar sus estudios o trabajar a gusto. Gracias a esto, muchos de los pacientes que han sido tratados por la doctora vuelven decididos brindar su propia ayuda. Por ejemplo, Jorge G. López, un voluntario de Grupo Dental Lucero que llegó a ayudar durante la jornada de la clínica gratuita, le contó a los voluntarios que cuando conoció a la Dra. Lucero en 2016, sus compañeros se burlaban de su dentadura ya que le faltaba un diente, tanto así que ya no quería volver a estudiar. La doctora ayudó a Jorge con su cirugía y, gracias a este acto de bondad, Jorge volvió a ir a la escuela. Ahora, como graduado universitario, Jorge dice: “Todo lo que puedo hacer es retribuir y dejar que el amor siga pasando de persona a persona”.

Los voluntarios de Tzu Chi dan obsequios al equipo dental como agradecimiento. Fotos/Shuli Lo

Las buenas acciones llegan más allá

El apoyo que Tzu Chi brinda a la comunidad en Tijuana no solo es general, sino que también está especializado en ayudar a varias familias individuales en gran necesidad. El mismo día de la clínica gratuita, varios voluntarios se dirigieron al hogar del pastor Luis Humberto para brindarle ayuda a él y a su familia. El pastor Humberto donaba artículos a la escuela de Tzu Chi, pero tuvo que dejar de ayudar cuando se enfermó y necesitó una cirugía de emergencia que terminó costándole $900. Tzu Chi Tijuana ayudó al pastor con el costo de su operación ya que no contaba con el dinero para poder pagarla. La familia del pastor, que ayuda a la comunidad, también acude a la clínica gratuita de Tzu Chi y recibe apoyo médico.

Los integrantes de Tzu Chi visitan la casa del Pastor Luis Humberto. Foto/Shuli Lo

Hace 13 años, Tzu Chi conoció a la familia González Organlista, una familia de tres miembros que vivía en una casa abandonada sin recursos adecuados. La voluntaria Ah Mui Manguy comentó: “Cuando llegamos por primera vez, ni siquiera tenían electricidad. Solo tenían un candelabro pequeño y no tenían comida, así que les dimos dinero en efectivo. La segunda vez que los visitamos, trajimos el cableado eléctrico para conectar la electricidad en la casa”. Ahora, los González son una familia de 7 y están siempre bajo el apoyo continuo de la fundación.

La Fundación Budista Tzu Chi trata de crear un mejor futuro para todos aliviando el sufrimiento de las personas más necesitadas. El conocimiento que la Maestra Cheng Yen ha cultivado en las personas a lo largo de los años se extiende a través de las acciones de cada uno de sus voluntarios que luchan por la justicia en el mundo. Es en cada uno de ellos, tanto voluntarios veteranos como nuevos, donde reside el espíritu de la compasión de Tzu Chi. Gracias a las buenas acciones realizadas en Tijuana, estas semillas brotan y esos deseos de ayudar florecen.

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