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Un viaje de alivio y resiliencia después del huracán Ian

Escrito por Adriana Di Benedetto
Traducido y adaptado al español por: Gabriela Barzallo
Editado por: M. Carolina Saheli

Publicación #17

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El 10 de octubre de 2022, 13 días después de que azotara el huracán Ian, todavía había caos en Fort Myers Beach, Florida. Foto/Jaime Puerta

Con peligrosos vientos, fuertes lluvias y atronadoras olas que provocan marejadas ciclónicas, el huracán Ian tocó tierra a lo largo de la costa del Golfo de Florida el 28 de septiembre de 2022. La marejada dejó a varias comunidades inundadas de 12 a 18 pies. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), Ian produjo una lluvia que solo se da una vez cada 1,000 años. 

Después de la catástrofe y el sufrimiento ocasionado por el huracán, los voluntarios de Tzu Chi desarrollaron esfuerzos de ayuda y socorro inmediato. Un equipo de voluntarios de la oficina de Miami de Tzu Chi USA visitó las áreas afectadas por el huracán Ian en Florida, incluidas Naples y la ciudad de Everglades, para realizar una evaluación de las necesidades más urgentes una semana después de la tragedia.

Los socios comunitarios unen esfuerzos

En Naples, FL, las inundaciones dejaron muchos hogares en ruinas, con techos destruídos y el suministro eléctrico sin servicio. Restablecer el servicio eléctrico no fue tarea fácil. Un equipo de evaluación de voluntarios del centro de servicio de Miami de Tzu Chi USA se unió a Everglades City y Naples, Florida para colaborar. El subjefe del departamento de gestión del crecimiento del condado de Collier, James French, explicó la situación a los voluntarios:

El agua se absorbe en el panel de yeso que se encuentra en los paneles eléctricos. Aunque se han restablecido los servicios de electricidad, agua y alcantarillado, el problema es que no se puede generar energía eléctrica dentro de la casa.

French también explicó: “La comunidad está muy afectada, pero es el corazón y el alma la columna vertebral que los lleva a seguir adelante”. Después de que el agua retrocedió, los residentes movieron sus pertenencias dañadas por la inundación a la acera. Mientras tanto, en la ciudad de Everglades, los voluntarios de Tzu Chi encontraron a una familia que dormía en un colchón mojado porque los refugios ya estaban llenos.

Sean Lo, director ejecutivo de la Región Sur de Tzu Chi, el voluntario Shuyi Bai y los voluntarios del Centro de Servicio de Miami Mingzhe Lin, Changzhi Cai y Judu Su unieron esfuerzos con Zack Stokes, gerente de Asociaciones Regionales de la Cruz Roja del Sur de la Florida. Juntos condujeron hasta el condado de Lee, un área que fue devastada por el huracán, y luego se dirigieron hacia el oeste, hasta Pine Island. Fue la primera vez que se permitió el ingreso de voluntarios al área después del desastre.

Cuando el automóvil se detuvo en las calles de St. James City, al sur de Pine Island, los residentes que limpiaban sus casas destruídas se emocionaban con la presencia de los voluntarios. Debido a la gravedad del desastre, varios voluntarios fueron a hablar con los sobrevivientes y a documentar sus necesidades más urgentes.

Después de compartir ideas y planes en el área de distribución establecida por World Central Kitchen en Pine Island, el Sr. Stokes llevó a los voluntarios de Tzu Chi a visitar Bokeelia, una comunidad en el condado de Lee con aproximadamente 2,000 habitantes.  Mucha gente limpiaba, mientras que otros lugareños tomaban un respiro en los porches, tratando de asimilar la inmensa tarea que tenían por delante. El Sr. Stokes continuó ofreciendo información de socorro en los próximos días, mientras que el equipo de evaluación reanudó su proceso de inspección en las siguientes operaciones.

Los voluntarios de Tzu Chi visitan Bokeelia, una comunidad en el condado de Lee que resultó gravemente afectada por el huracán Ian. Foto/Qihua Luo

Mientras hablaban con los sobrevivientes en el Centro de Recuperación por Desastre (CRD), los voluntarios de Tzu Chi se enteraron de que el vecindario cercano, Cape Coral, también sufrió daños severos. Muchas de las casas construidas en la década de 1970 se habían inundado. Cuando llegaron, el borde de la carretera estaba lleno de desechos absorbidos por la inundación. Parecía que los sobrevivientes habían completado la limpieza ya que varios camiones trabajaban en la reparación de techos y exteriores.

Mark Mueller invitó a los voluntarios a entrar a su casa donde algunos artículos estaban colocados sobre armarios y estanterías para poder salvarlos. Mark comentó que el vecindario fue alertado antes de la inundación, y los residentes colocaron sus pertenencias lo más alto que pudieron, refugiándose con anticipación. Sin embargo, lo que necesitaban en ese momento era limpiar y hacer reparaciones. Los residentes de la comunidad también expresaron su decepción por los precios de los seguros de hogar y comentaron cómo estos tienden a aumentar debido a los desastres naturales, dejando a muchos sin cobertura de seguro. 

La evaluación continuó en Caloosa Mobile Home Community, una comunidad de casas prefabricadas ubicada en North Fort Myers, Florida, donde muchos residentes trabajan en playas cercanas. El huracán que azotó la playa cortó la fuente de ingresos de estos residentes. Allí se contactaron con Angélica Ramón, líder de la comunidad de Caloosa que comentó que el impacto del huracán Ian es más evidente cuando se carece de uno de los servicios más importantes en los hogares: una nevera. También explicó que a pesar de que la inundación destruyó muchos electrodomésticos, era poco probable que los voluntarios los encontraran entre los escombros.

No vas a ver muchos refrigeradores, porque, aunque estén dañados, la gente no los desecha porque no tiene dinero para comprar nuevos. Necesitan urgentemente productos electrodomésticos básicos y materiales escolares para los niños.

Angélica Ramón, líder comunitaria, guía a los voluntarios de Tzu Chi en la comunidad de casas móviles de Caloosa en North Fort Myers, Florida. Foto/Qihua Luo

Zack Stokes de la Cruz Roja Americana explicó que la ayuda financiera “es extremadamente importante”. Esta ayuda “puede destinarse a la reparación de viviendas; reparación de automóviles; estadías en habitaciones de hotel”, entre otras cosas.

La compasión y el alivio son nuestros objetivos comunes

El desastre dejó muchos daños materiales, pero también reflejó la solidaridad comunitaria. Molt acompañó a su amiga, una mujer de rostro cansado y triste, a la mesa de información. Mientras la mujer completaba el formulario, Molt nos mostró un video que su amigo había tomado después de las inundaciones. Este destruyó de forma tenaz el vecindario, no muy lejos de donde él estaba. La inundación fue como una ola que de un momento a otro llenó todo el vecindario. El techo sobre el agua servía como bote. Molt había perdido a cinco amigos en el huracán. Los voluntarios con lágrimas en los ojos, fortalecieron su deseo de brindar ayuda a los sobrevivientes.

Como ocurre con todas las misiones de socorro de emergencia de Tzu Chi, este proceso de registro y evaluación de desastres requirió un esfuerzo colectivo y dedicado. Todas las organizaciones en la CRD trabajaron hombro con hombro, con el objetivo de ayudar tanto como sea posible. Mientras más sobrevivientes del huracán llegaban para registrarse o aprender sobre la posible ayuda, los voluntarios escuchaban atentamente mientras compartían experiencias, se abrazaban y expresaban gratitud y aliento mutuos.

Aún estamos a tiempo para paliar los efectos de las sequías y para evitar que afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial para el año 2050, como estima la ONU.

La ayuda se pone en marcha

Lo que había sido uno de los destinos vacacionales más populares de Florida, el paraíso frente al mar de Fort Myers, ahora estaba en ruinas. En ciertas áreas de la comunidad, equipos de ingeniería conducían y desarrollaban planes de reparación y limpieza. 

Para garantizar el éxito de las distribuciones, un equipo de voluntarios dirigido por el director ejecutivo de la Región Sur de Tzu Chi USA, Sean Lo, condujo temprano en la mañana hasta el Centro de Desarrollo Infantil Arcadia de la Asociación Cristiana de Migrantes de Redlands (RCMA, por sus siglas en inglés). La relación de RCMA con Tzu Chi comenzó con el huracán Irma en 2017 cuando Tzu Chi contactó a Jay Robison, representante de desarrollo de fundaciones y corporaciones de RCMA. 

Las vidas de las familias beneficiarias de RCMA se vieron afectadas por el huracán Ian en diferentes magnitudes. La mayoría de estas perdieron la electricidad, los suministros de alimentos e incluso agua. Para ayudar a estos hogares, RCMA desarrolló un plan de suministro de alimentos y agua que duraría 12 semanas. Para tener resultados más grandes, Robison se contactó con Tzu Chi. Junto a los voluntarios, RCMA decidió distribuir su ayuda en el área del condado de DeSoto, que había sufrido daños por las inundaciones del huracán.

La primera distribución de ayuda por desastre en Florida se llevó a cabo luego del huracán Irma en 2017. Cinco años después, los voluntarios de Tzu Chi regresan para trabajar en la misión de socorro tras el huracán Ian en 2022 en el condado de Collier. Foto/Youbin Huang

El equipo de evaluación fue cálidamente recibido en el Centro de Desarrollo Infantil Arcadia de RCMA por Gloria Padilla, gerente de relaciones comunitarias, y los miembros del personal Hilaria Cuevas e Irma Chappa. Padilla ha trabajado con RCMA durante 14 años. Cree que las tarjetas prepagadas de Tzu Chi USA brindan apoyo con las necesidades básicas de las familias afectadas para que estas puedan enfocarse en cubrir sus mayores necesidades.

Probablemente muchas familias no pueden comprar artículos mundanos pero esenciales. Algo tan pequeño, sirve mucho. Hay familias con diabetes, presión arterial alta, problemas que tal vez nunca se traten. Depende de nosotros y de ustedes ayudar a estas familias y a nuestra comunidad que está en extrema necesidad.

Tiare Holman y Marisol Balderas, trabajadoras sociales del Centro de Desarrollo Infantil de Arcadia, invitaron a los voluntarios a visitar sus hogares que también fueron afectados por el huracán Ian. Con todos los daños que el huracán provocó en las comunidades aledañas de Florida, los recursos municipales eran muy limitados, y muchos residentes estaban desamparados. Balderas, residente de Arcadia, mostró a los voluntarios de Tzu Chi cómo la tormenta había arrancado el techo de su casa. A pesar de esto, ella y su familia aún vivían en esa casa debido a la falta de lugares en donde los afectados podían refugiarse.

El equipo de Tzu Chi recorrió el vecindario para documentar la gravedad del impacto del desastre. En una de las casas había una mujer que saludó a los voluntarios, escuchó sus intenciones con la comunidad, y los invitó a pasar a su casa. La mujer recordaba que su casa era muy acogedora antes de que el huracán destruyera sus paredes. 

Mientras se retiraban, los voluntarios notaron un letrero colgado junto a la entrada con la frase: “Hogar, dulce hogar”. “Lo puse para recordarme a mí misma que la esperanza nunca muere, y que debo seguir siendo feliz”, les dijo la dueña de la casa a los voluntarios.

Mantener viva la esperanza hacia la recuperación

El 15 de octubre, los sobrevivientes del huracán Ian llegaron a la distribución de tarjetas prepagadas de Tzu Chi sin muchas expectativas ni conocimiento sobre lo que recibirían. La primera distribución fue en Arcadia, seguida de otra en Fort Myers, ambas fuertemente afectadas.

En la primera ronda de ayuda, se distribuyeron 235 tarjetas prepagadas. Los voluntarios continuaron realizando eventos de ayuda en Fort Myers cada fin de semana hasta noviembre.

Traje a mi amiga que perdió todo. Salió con la ropa que llevaba puesta y su bolso, y está sentada en mi auto. Sus ojos se han llenado de lágrimas porque no puede creer tanta amabilidad del equipo de Tzu Chi. Que esta generosidad vuelva a ustedes multiplicada por diez.

Durante estos dos eventos, las tarjetas prepagadas tenían fondos de entre $800 y $1,200 dependiendo del tamaño de la familia. Debido a la inflación y la gravedad de los daños causados, se ha aumentado el monto de las tarjetas en comparación a desastres anteriores. 

Además de las tarjetas prepagadas, los beneficiarios también recibieron mantas ecológicas hechas con tecnología DA.AI, que recicla botellas de plástico recuperadas en telas. Los beneficiarios tuvieron la oportunidad de compartir sus experiencias durante el huracán y cómo ha sido su vida desde entonces.

Perdimos nuestras pertenencias y propiedades, pero aún tenemos nuestra vida. Gracias a Dios ustedes vinieron a darnos esperanza.

La atención brindada en ambas ciudades se llevó a cabo en colaboración con múltiples organizaciones, incluidas FEMA, la Cruz Roja Americana de la Región Sur de la Florida, y el Boys and Girls Club del condado de Lee. También participaron voluntarios de la Oficina de la Región Sur de Tzu Chi USA y los Centros de Servicio de Miami y Orlando. Tras días de evaluaciones luego de las distribuciones revelaron que el 80% de Fort Myers debe reconstruirse por completo.

Las distribuciones de tarjetas prepagadas de Tzu Chi tras el huracán Ian llegan a Arcadia en la mañana y luego a Fort Myers en la tarde del 15 de octubre. Foto/Equipo de Medios de Tzu Chi

Cuando los sobrevivientes del huracán Ian llegaron a las distribuciones el 15 de octubre, no sabían qué esperar. En el evento, se sintieron aliviados de recibir asistencia financiera, y conmovidos por la ceremonia de distribución, las oraciones, los cantos que les dieron esperanza y más emociones.

Lo que hagamos después de esto es lo más importante: devolver lo que hemos recibido. Haré todo lo que esté en mi poder. Si puedo ayudar de alguna manera, ahorraré cada centavo, y lo devolveré.

El 22 y 23 de octubre, se realizaron dos distribuciones más en Fort Myers y Naples. Un total de $733,100 en tarjetas prepagadas benefició a 838 hogares afectados. Los voluntarios de Tzu Chi organizaron otras distribuciones el 29 y 30 de octubre de 2022.

Al describir su experiencia con el huracán Ian, el residente de Fort Myers Vincent Williams relató: “Estuve con el agua por el cuello durante 10 horas, ayudando a los ancianos que no podían salir. Me rodeaban caimanes, serpientes, todo estaba en el agua”. Después de una desgarradora y árdua labor de rescate, la realidad golpeó: Vincent, como muchos de sus vecinos, lo había perdido todo. Sin embargo, el 30 de octubre, recibió una tarjeta prepagada de emergencia de Tzu Chi en Fort Myers. Mientras esperaba su turno con sus hijos pequeños, se derrumbó en llanto mientras observaba a los voluntarios de Tzu Chi. “Se me llenaron los ojos de lágrimas. Soy un hombre fuerte, pero eso me derrumbó”, mencionó. 

La ayuda de Tzu Chi en el Boys & Girls Club del condado de Lee en Fort Myers el 30 de octubre fue la distribución más extensa tras el huracán Ian. Setenta y un voluntarios de todo el país proporcionaron $523,900 en ayuda a 566 hogares afectados. Como Halloween era al día siguiente, los voluntarios decoraron el lugar con pequeños adornos para crear un ambiente cálido y festivo, ofreciendo dulces y juegos para que los más pequeños también disfrutaran del evento. Al 5 de noviembre de 2022, un total de $2,227,400 en ayuda benefició a 8,235 sobrevivientes del huracán Ian.

Los desastres pueden dejar un largo camino hacia la recuperación. Mientras los floridanos enfrentan la difícil tarea de la reconstrucción, Tzu Chi USA está aquí para ayudar a las familias y las personas necesitadas. Oramos para que la atención y el cuidado que brindan los voluntarios de Tzu Chi ayude a aliviar la angustia de los sobrevivientes y se aseguren de que la familia de Tzu Chi está aquí para ayudarlos.

“Que el amor en cada uno de nosotros converja en un vasto océano de esperanza que llegue a todo el mundo sin fin.

El amor y el cuidado abundan en la distribución de ayuda de Tzu Chi en Fort Myers el 30 de octubre de 2022. Foto/Qihua Luo

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