Sandra Bárcenas es un ejemplo de migrante que se superó a través de la educación y el apoyo de Tzu Chi. Foto/Cortesía Sandra Bárcenas
Escrito por Gabriela Barzallo
Publicación #24
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En la cálida brisa de California en 2008, una niña de siete años y su madre llegaron a la frontera de una nueva vida, dejando atrás las colinas verdes de Michoacán, México. Sandra Bárcenas y su madre, Ubaldina Fuerte, habían viajado largas distancias con la esperanza de reunirse con el padre de Sandra, quien había emigrado anteriormente en busca de un futuro mejor para su familia. Sin embargo, al llegar, se encontraron con una puerta cerrada y un vacío inesperado. La familia que había soñado con reunirse se enfrentaba ahora a una nueva adversidad: la separación no solo física, sino también emocional y financiera.
Ubaldina recuerda con una mezcla de melancolía y fortaleza ese momento crítico: “Llegamos aquí con la esperanza de estar juntos, pero cuando llegamos, él ya no estaba para nosotras. Nos quedamos solas, solo ella y yo”. Las palabras de Ubaldina reflejan una realidad dolorosa pero común para muchas familias migrantes, quienes a menudo enfrentan el desafío de reconstruir sus vidas en un nuevo país mientras lidian con la ausencia de seres queridos y la incertidumbre económica.
A pesar de estos comienzos difíciles, la historia de Sandra Bárcenas no es solo una de desafío, sino también de resiliencia y transformación. Desde esa llegada incierta, Sandra ha recorrido un camino notable, marcado por el esfuerzo, la dedicación y un profundo sentido de responsabilidad hacia su comunidad.
Hemos enfrentado muchos desafíos. Creo que por eso ella está tan motivada para ayudar a los demás. Ella sabe que ha habido momentos en los que no hemos tenido mucho, pero siempre hemos hecho un esfuerzo por retribuir.
Ubaldina Fuerte
Madre de Sandra Bárcenas
Su niñez y los primeros pasos en su nuevo hogar
La niñez de Sandra no fue fácil, pero estos desafíos tempranos la moldearon. “Yo tenía siete años cuando emigramos, pero cumplí ocho aquí. Su madre tuvo que trabajar para sostenerse y también enviar dinero a sus dos hermanos mayores que quedaron en México. “Gracias a su trabajo, mis hermanos pudieron terminar sus estudios. Mi hermano ahora trabaja en integración tecnológica y mi hermana es enfermera en México”, recuerda Sandra, con gratitud por los sacrificios que su madre hizo para sostener a toda la familia.
A los siete años, Sandra no tenía idea de que esa experiencia cambiaría el curso de su vida de una manera que nunca podría haber imaginado. Lo que parecía ser un inicio incierto y lleno de desafíos se convirtió en una oportunidad para crecer y aprender. Con el tiempo, Ubaldina encontró fuerza en su trabajo, vendiendo vestidos para eventos especiales, como quinceañeras y bautizos, lo que le permitió mantenerse a sí misma y a su pequeña hija, quien se convirtió en su motivación para darle el mejor ejemplo.
Ubaldina no solo fue un ejemplo de esfuerzo para Sandra, sino que también le inculcó valores de perseverancia y empatía. “Ver a mi madre trabajar día y noche para sostenernos me enseñó que nada en la vida es fácil, pero con esfuerzo todo es posible”, dice Sandra. La dedicación de su madre no solo proporcionaba el sustento diario, sino que también le inculcó a Sandra un profundo sentido de responsabilidad hacia los demás. Desde temprana edad, Sandra entendió la importancia de retribuir a la comunidad y ayudar a quienes enfrentaban desafíos similares a los suyos.
Además, Ubaldina no solo fue un pilar de apoyo en la vida de Sandra, sino que también le enseñó la importancia de la solidaridad y el servicio. Mientras crecía, Ubaldina hacía muchas donaciones al Hospital Infantil St. Jude, lo cual dejó una profunda impresión en Sandra. “Mi mamá hizo muchas donaciones al Hospital Infantil St. Jude y eso se quedó conmigo”, explica Sandra.
Mientras su madre trabajaba incansablemente, Sandra encontró en su educación una vía para avanzar. Ubaldina, a pesar de los sacrificios y el trabajo arduo, siempre fomentó en Sandra el valor de la educación como una herramienta para el éxito. “Mi madre trabajó muy duro para asegurarse de que yo pudiera asistir a la escuela y obtener una buena educación. Ella siempre me decía que el conocimiento era algo que nadie podía quitarme”, recuerda Sandra.
La educación es la clave
El ejemplo y apoyo de su madre en fomentar la educación de Sandra le permitió destacarse en la escuela secundaria. Sin embargo, los desafíos no terminaron con la graduación. Sandra se encontró con obstáculos adicionales debido a su estatus migratorio, que limitaba las opciones de ayuda financiera y oportunidades para seguir una carrera universitaria.
A pesar de las barreras, una puerta se abrió cuando descubrió la Fundación Budista Tzu Chi, reconocida por su labor humanitaria, que apoya a estudiantes de bajos recursos sin importar su situación migratoria. Para Sandra, fue una oportunidad única que abrazó con gratitud y esperanza. “Tzu Chi no pidió ningún estatus migratorio, así que recibí la beca durante mis cuatro años de pregrado”, explica. Aquella beca no solo le permitió acceder a una educación superior, sino que también la conectó con una comunidad que valoraba la solidaridad, el servicio y la compasión, principios que Sandra ya llevaba profundamente arraigados.
En mi último año de secundaria, estaba buscando becas y una de ellas resultó ser Tzu Chi. Muchas becas no están disponibles para mí debido a mi estatus migratorio, pero Tzu Chi no solicitó ningún estatus migratorio, así que recibí la beca durante mis cuatro años de estudios universitarios.
Sandra Bárcenas
Becaria de Tzu chi
En UC Berkeley, Sandra se enfrentó a nuevos desafíos y oportunidades. Optó por una doble especialización en Ciencias Políticas y Estudios Legales, un campo que le permitió combinar su interés en la investigación con su pasión por el derecho y la justicia social. “Estudiar Ciencias Políticas y Estudios Legales en UC Berkeley me permitió explorar temas que me apasionan, como la inmigración y los derechos humanos. Fue una experiencia que amplió mi perspectiva y me preparó para enfrentar los desafíos del mundo real”, explica Sandra.
Durante su tiempo en la universidad, Sandra se involucró activamente en varias organizaciones estudiantiles y comunitarias. Se unió a la Asociación de Universitarios de Tzu Chi, donde participó en eventos de servicio comunitario y recaudación de fondos. Esta experiencia le permitió aplicar sus conocimientos y habilidades en un contexto práctico, mientras seguía contribuyendo a su comunidad.
Involucrándose con la Fundación Budista Tzu Chi y el compromiso comunitario
Durante su tiempo en UC Berkeley, Sandra también asumió un papel crucial en su voluntariado con Tzu Chi, el cuál ha perdurado a través de los años. Actualmente, colabora con el programa Listos de Tzu Chi y Listos California, que se enfoca en preparar a las comunidades más vulnerables para enfrentar desastres naturales, como terremotos, inundaciones e incendios forestales. Este programa tiene como objetivo educar sobre la importancia de la preparación para emergencias y asegurar que las familias tengan los recursos necesarios para enfrentar situaciones críticas. “Hay muchas comunidades empobrecidas que se cruzan con nosotros, y en realidad me identifico con ellos. Así que me di cuenta de que este trabajo era realmente importante”, dice Sandra.
Sandra utiliza su experiencia personal para sensibilizar a su comunidad sobre la preparación para emergencias. Su enfoque es integral, buscando no solo proporcionar información, sino también empoderar a las personas para que tomen medidas proactivas. El trabajo de Sandra con Listos California y Tzu Chi es un testimonio de su compromiso con el bienestar de su comunidad y su habilidad para utilizar su experiencia personal para hacer una diferencia significativa.
Ahora, con este programa Listos, tenemos algún apoyo financiero para ir a tocar esas diferentes partes dentro de nuestra comunidad y realmente hablar con ellos. Incluso una conversación puede crear más conciencia y activando una reacción en cadena en la gente.
Sandra Bárcenas
Becaria de Tzu chi
Julie Lin, voluntaria de Tzu Chi, destaca la bondad y el gran corazón de Sandra y siempre elogia su compromiso con la comunidad.
Sandra es una persona tan amable y de gran corazón, y debido a su gran corazón, no solo la ayudamos a ella, sino que ella nos ayuda aún más porque necesitamos intérpretes. Así que, comenzó a ser traductora para casos familiares; cuando las familias locales tienen dificultades, ella me ayuda haciendo traducciones.
Julie Lin
Voluntaria de Tzu Chi
Esta admiración de Julie Lin subraya el impacto positivo de Sandra en su comunidad, donde no solo se limita a su rol en el programa Listos, sino que también se involucra activamente en la asistencia a familias necesitadas a través de la interpretación, demostrando así un compromiso integral con el bienestar comunitario.
Otro momento significativo en su trayectoria con Tzu Chi ocurrió cuando Sandra ayudó a una familia que necesitaba apoyo financiero para un funeral. Contactó a Julie Lin, una de las líderes de caridad de Tzu Chi USA en el condado de Orange, quien aprobó la ayuda de inmediato. Sandra, además de recibir apoyo de la organización, comenzó a ser parte activa, convirtiéndose en intérprete y traductora para familias en situaciones vulnerables. “Sandra tiene un gran corazón. Es alguien que siempre está dispuesta a ayudar”, comenta Julie Lin, con quien ha trabajado estrechamente desde entonces.
Otro evento significativo fue la organización de una clínica médica gratuita para residentes en el condado de Orange. “El evento fue una clínica médica gratuita para los residentes. Y luego, el evento fue un almuerzo de apreciación para los voluntarios del condado de Orange,” explica Sandra. Este evento no solo proporcionó servicios médicos esenciales a aquellos que lo necesitaban, sino que también celebró el trabajo y la dedicación de los voluntarios que hacen posible estas iniciativas.
Lecciones Aprendidas
El trabajo de Sandra no solo ha tenido un impacto en su comunidad local, sino que también ha tenido un efecto multiplicador en su vida personal y profesional. La oportunidad de involucrarse en el servicio comunitario y en organizaciones como Tzu Chi le ha permitido desarrollar habilidades valiosas, como la capacidad de liderazgo, la organización de eventos y la sensibilización comunitaria. Estas habilidades han sido fundamentales en su carrera y en su compromiso con el bienestar de los demás.
Tras graduarse, Sandra siguió su camino profesional investigando sobre inmigración en el Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial Distribuida, enfocado en la ética de la inteligencia artificial. Sandra ha utilizado su experiencia y habilidades para abordar temas críticos relacionados con la inmigración y el impacto de las emergencias en las comunidades vulnerables. Su trabajo con el refleja su interés en abordar problemas sociales y tecnológicos que afectan a las comunidades de color. Sandra está comprometida en educar a las personas sobre los daños de la IA y cómo esta tecnología, aunque impulsada por la comunidad, a menudo no beneficia a los propios usuarios.
La historia de Sandra Bárcenas Fuerte es un ejemplo inspirador de cómo el compromiso, la dedicación y el servicio pueden marcar una diferencia significativa en la vida de las personas y en las comunidades. Desde su llegada a California hasta su trabajo con Tzu Chi y otras iniciativas comunitarias, Sandra ha demostrado que, a pesar de los desafíos y obstáculos, el poder del compromiso y la empatía puede transformar vidas y comunidades para mejor. Su historia es un testimonio del impacto positivo que una persona puede tener en el mundo y una inspiración para todos aquellos que buscan hacer una diferencia en sus propias comunidades.