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Tzu Chi empodera los sueños de jóvenes latinas

Wendy, Evelyn y Litzi posan acompañadas por representantes de Tzu Chi y otros estudiantes beneficiados con las becas escolares. Foto/ Hui Liu

Escrito por: María Pacheco Valles

Publicación #20

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Siempre soñé con poder ayudar a mi familia. Desde pequeña sé lo que debo hacer para lograr mi meta.

Wendy Pesantez, una joven estudiante de enfermería en Manhattanville College, hija de padres ecuatorianos, es la primera de su familia en poder acceder a educación universitaria. Su historia refleja el espíritu de perseverancia y el deseo de superación que impulsan a muchos estudiantes en situaciones similares.

Wendy Pesantez recibe la beca de manos de Peggy Sheng, directora ejecutiva de la Fundación Tzu Chi de la región noreste. La joven agradece la ayuda brindada por Tzu Chi. Foto/Hui Liu

Durante más de dos décadas, Tzu Chi se ha dedicado a ayudar a estudiantes desfavorecidos con becas estudiantiles. Gracias a esta ayuda, han surgido historias inspiradoras de jóvenes que, a pesar de las dificultades, no abandonan el camino del conocimiento y siguen adelante para transformar sus destinos. Vale destacar que una de las misiones principales de Tzu Chi es promover una cultura humanista global a través de la educación. En palabras de la Maestra Cheng Yen, “la educación es una obra de esperanza para las próximas generaciones”. Por lo tanto, Tzu Chi se esfuerza en hacer accesible la educación para los menos afortunados. Muchos jóvenes de familias económicamente desfavorecidas se benefician de estas becas y necesitan este apoyo para ingresar a la universidad después de graduarse de la escuela secundaria. Estas becas también benefician a aquellos estudiantes que ya están en la universidad o reanudan sus estudios.

Los costos universitarios en EE.UU. aumentan cada año

En 2022, Tzu Chi entregó más de $150,000 en becas, marcando un hito significativo en su compromiso de allanar el camino hacia la educación superior para aquellos que enfrentan obstáculos económicos. Estas becas no solo alivian la carga financiera de los estudiantes y sus familias, sino que también representan un rayo de esperanza para aquellos que aspiran a alcanzar sus sueños académicos en un país donde el costo de la educación universitaria es cada día más alto. 

Según el reporte del College Board, una organización que elabora pruebas y ayuda a millones de estudiantes en Estados Unidos a prepararse para la admisión a la universidad, los costos promedio de la matrícula y las cuotas para estudiantes universitarios de tiempo completo en el año escolar 2021-2022 fueron significativos. El costo de asistir a una universidad pública fue de $10,740. El costo de asistir a una universidad pública fuera del estado de residencia del estudiante fue de $27,560. Por otro lado, el costo de asistir a universidades privadas sin fines de lucro fue de $38,070.

Estos costos pueden ser abrumadores para las familias de ingresos modestos, lo que hace que las becas como las ofrecidas por Tzu Chi sean aún más cruciales para permitir que los estudiantes persigan sus objetivos académicos sin cargar con una deuda abrumadora.

Las becas de Tzu Chi son de gran accesibilidad

Annie Chu, integrante del Comité de Becas de Tzu Chi, dirige unas palabras de aliento a los estudiantes beneficiados. Foto/Hui Liu

Cualquier estudiante de secundaria en Estados Unidos que aspire a recibir el apoyo de Tzu Chi puede postularse visitando la página web oficial de la fundación, también pueden preguntar a los asesores en sus respectivas escuelas y ellos los podrán ayudar. Para solicitar la beca se requiere proporcionar evidencia de necesidad económica, enviar una autobiografía para explicar su situación financiera, cómo planean utilizar la beca educativa, destacar sus logros personales y académicos con ejemplos concretos, describir sus planes académicos y profesionales con objetivos específicos, y exponer su compromiso pasado y actual, así como sus planes futuros para contribuir a su comunidad. Para respaldar su solicitud, los estudiantes deben enviar un expediente académico oficial de la escuela secundaria y dos cartas de recomendación de maestros, consejeros u otros asesores.

Esta accesibilidad a las becas refleja el compromiso de la organización de brindar oportunidades a todos los jóvenes que tienen el deseo y la determinación de avanzar en su educación.

Testimonios que mueven el alma

Evelyn Zumba estudia en Manhattanville donde se convertirá en una maestra. Foto: Hui Liu

En el transcurso de este año 2023, Tzu Chi ha brindado apoyo a numerosos estudiantes que están dando sus primeros pasos en la universidad. Entre ellos se encuentran tres jóvenes, hijas de inmigrantes latinos, quienes están decididas a convertirse en las primeras universitarias de sus familias.

Estas valientes jóvenes son Evelyn Zumba, Wendy Pesantez y Litzi Rodríguez, y cada una de ellas tiene metas académicas bien definidas. Han manifestado su firme compromiso de hacer todo lo posible para alcanzar sus sueños. Litzi Rodríguez, por ejemplo, está dedicada al estudio de Psicología y Comportamiento Humano en la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) en Albany. Wendy Pesantez, por su parte, se encuentra en Manhattanville, persiguiendo su sueño de convertirse en enfermera y continuar su camino en el campo de la medicina, con el objetivo de cuidar a los demás. Mientras que Evelyn Zumba, también estudiante de Manhattanville, se prepara para ser maestra de educación primaria.

Litzi Rodríguez, se convertirá en la primera de su familia en conseguir un grado académico en EE.UU. Foto/ Hui Liu

“Empecé a buscar información sobre becas escolares porque mi familia no contaba con los recursos para que yo entrara a la universidad. Fue en esa búsqueda cuando la asesora de mi secundaria me comentó sobre las becas de Tzu Chi y decidí aplicar”, cuenta Litzi Rodríguez, de 19 años, quien el pasado 21 de agosto empezó su nueva vida como estudiante de psicología. Para Litzi, sus años en la universidad, más que un reto, representan la oportunidad de convertirse en una destacada profesional que enorgullezca a su familia. 

Litzi comenta que sus padres llegaron a Estados Unidos para asegurar un mejor futuro para sus hijos. Ella se convertirá en la primera de su familia en obtener un título universitario. “Mis hermanos no contaron con la misma posibilidad, por eso esta ayuda de Tzu Chi significa mucho para nosotros”, también agrega que al finalizar su carrera quiere encontrar un buen trabajo para, de alguna manera, pagarle a sus padres por todo lo bueno que han hecho por ella y sus hermanos.

Litzi agrega que está disfrutando cada momento en su nueva faceta como universitaria. “Quizás lo más retador sea hacer nuevos amigos, pero poco a poco estoy conociendo personas. Mientras tanto lo mejor es aprender psicología. Todas las materias me parecen fascinantes”, asegura Litzi.

Por su parte Wendy Pesantez, tiene presente las dificultades que sus padres han enfrentado desde que llegaron a Estados Unidos y todo el trabajo que han hecho para apoyar a sus hijos. Esta joven recuerda que cuando era pequeña su papá llegaba del trabajo muy cansado y deshidratado, pues se desempeñaba como obrero de construcción. Wendy le ponía paños fríos en la frente y, jugando, le tomaba la presión. “Creo que desde ese momento supe que quería estudiar algo relacionado con la salud”, comenta. Ahora Wendy estudia enfermería en Manhattanville.

A Wendy siempre le ha gustado ayudar a los demás. Cuenta que cuando tenía ocho años empezó a colaborar con personas con discapacidad. “Mis padres me han enseñado que debemos ayudar. Incluso si no tenían nada, siempre han hecho todo lo posible para ayudar a otras personas”, cuenta Wendy. 

Para esta joven de padres ecuatorianos, la ayuda de Tzu Chi es lo que hará posible que cumpla su sueño. “La primera vez que escuché sobre el trabajo que hace Tzu Chi fue en el 2016, cuando ocurrió un terremoto en Ecuador. Tzu Chi fue de las pocas organizaciones que ayudó. Tengo familia en Guayaquil y se lo mucho que sufrieron, gracias a Tzu Chi esas personas pudieron empezar de nuevo”, recuerda Wendy.

Con respecto a su beca, Wendy comenta que se enteró de esta posibilidad en su secundaria. “Mi asesora me comentó y no dudé en aplicar porque ya conocía sobre la fundación y también me encanta escribir, por eso no dudé en hacer mi ensayo y enviarlo”, dice Wendy. “Cuando me enteré que fui seleccionada me sentí muy, muy feliz. Sentí algo muy bonito en mi corazón”, dice esta joven con una sonrisa en su rostro. 

Wendy asegura que al culminar con su carrera universitaria quiere trabajar en un hospital y así empezar a ganar dinero para cumplir uno de sus más grandes sueños. “Desde pequeña hemos tenido que mudarnos. Mis padres no han tenido la oportunidad de comprar una casa, a pesar de todos los años que han vivido en Estados Unidos, por eso mi meta es poder comprar una casa para mi familia. Lucharé para cumplirla”, dice decidida Wendy. 

“Cuando estaba en la escuela primaria mis maestras fueron muy buenas conmigo. Recuerdo que me enseñaron muchas cosas y me ayudaron. Además cuando era más pequeña siempre ayudaba a mis hermanos a hacer sus tareas”, cuenta Evelyn Zumba, otra de las ganadoras de las becas de Tzu Chi, y quien ahora acude a Manhattanville donde se convertirá en maestra. Evelyn está decidida a marcar una diferencia en la vida de los niños.

Quiero ser una maestra en la que puedan confiar. Quiero ser la maestra que ellos necesitan y cumplir con sus expectativas. Sobre todo quiero que se sientan seguros.

Al ganarse la beca de Tzu Chi, Evelyn recordó el consejo que su madre siempre le dice, “hay que echar para delante. Es la frase que mi madre nos ha dicho. Cuando me gané la beca toda mi familia estaba feliz y orgullosa de mí”, recuerda Evelyn. También agradece a la fundación budista y demuestra su admiración por el trabajo filantrópico que Tzu chi realiza.

Tzu Chi representa un faro de esperanza para estudiantes desfavorecidos como Wendy, Litzi, Evelyn y muchos otros. Su compromiso con la educación y el apoyo financiero está cambiando vidas y allanando el camino hacia un futuro más brillante para aquellos que enfrentan obstáculos económicos en su búsqueda del conocimiento. Estas jóvenes son un testimonio viviente de cómo estas becas pueden hacer realidad los sueños de educación superior y cómo los beneficiarios de Tzu Chi están dispuestos a dar algo a cambio a la sociedad. Con la continua generosidad de Tzu Chi y de las personas que contribuyen con la fundación, más jóvenes podrán alcanzar sus metas académicas y, a su vez, contribuir a un mundo mejor.

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