
COMPARTIR
La misión médica de Tzu Chi cruzó el océano, desde Taiwán hasta Estados Unidos, para ofrecer cobertura de atención médica a los necesitados. El 1 de noviembre de 1993, se abre la Clínica Gratuita Budista Tzu Chi en Alhambra, California. Foto/Jinyi Huang
Siempre debemos hacer lo mejor que podamos para ayudar a los demás, incluso si solo contribuimos un poco. Si unimos todos nuestros esfuerzos, podremos ayudar a muchas personas.
Venerable Maestra Cheng Yen
La prestación eficiente y compasiva de servicios de salud en Estados Unidos es esencial para proteger el bienestar y la dignidad de todos, así como un catalizador para la igualdad, y las sociedades prósperas y sostenibles. Sin embargo, incluso cuando la atención médica está disponible, es posible que no cubra todo el espectro de necesidades humanas y que no esté disponible para todos. Por lo tanto, esta brecha da paso a gastos de salud excluyentes o catastróficos. Entre esta compleja red de necesidades surge un faro de esperanza y compasión: la Misión Médica de Tzu Chi USA.
Durante tres décadas, esta organización ha desempeñado un papel crucial al ofrecer cuidado médico compasivo y accesible a comunidades marginadas, marcando una diferencia tangible en la vida de aquellos que más lo necesitan.
Breve historia de la Misión Médica de Tzu Chi
La clínica gratuita de Tzu Chi fue establecida el 28 de diciembre de 1993 como una organización sin fines de lucro 501(c)(3) que ofrece servicios de atención médica integral y programas educativos de salud preventiva de forma gratuita. Su enfoque se basa en ayudar a personas de bajos recursos y en crear entornos seguros para los pacientes. Más adelante, el 3 de agosto de 2005, cambió su nombre a Fundación Médica Budista Tzu Chi de Taiwán, marcando un hito. Posteriormente, el 17 de diciembre de 2009, la junta directiva eliminó “Taiwán” del título, y la fundación se llamó Fundación Médica Budista Tzu Chi, reafirmando su compromiso con la atención justa e imparcial a personas de todas las etnias y culturas.
En 1996, en medio de las múltiples iniciativas de Tzu Chi, se estableció la Asociación Médica Tzu Chi para servir como una sede y conexión para todos los voluntarios médicos. Con un enfoque primordial en las misiones médicas internacionales, la misión se amplió aún más en 1998 con la creación de la Asociación Médica Internacional Tzu Chi (TIMA).
El inicio y la filosofía de TIMA

Con el éxito de las misiones médicas en Taiwán y en otros lugares, la Asociación de Profesionales Médicos de Tzu Chi Taiwán invitó a profesionales médicos tanto de Taiwán como del extranjero que comparten la filosofía médica de Tzu Chi a reunirse en Taipei el 12 de octubre de 1996. Juntos, intercambiaron valiosas experiencias como voluntarios. Con la expansión gradual de la escala de las clínicas quirúrgicas gratuitas en Filipinas y el establecimiento de la clínica gratuita Budista Tzu Chi en Alhambra, California, el Dr. Zhengcheng Chen de Hawái propuso la creación de una asociación de profesionales médicos que unificaría al personal médico voluntario de Tzu Chi en todo el mundo. La propuesta fue respaldada y respondida por médicos de Estados Unidos, Filipinas y Taiwán, que comparten la misma visión. Stephen Huang, quien en ese momento era el director ejecutivo de Tzu Chi USA, enfatizó que el funcionamiento de esta red médica debería estar estrechamente integrado con las operaciones internacionales de socorro de Tzu Chi. La Maestra del Dharma Cheng Yen nombró formalmente a la organización Asociación Médica de Tzu Chi el 18 de enero de 1998, con su concepto de reunir a médicos compasivos y personal médico relacionado de todo el mundo. Seleccionaron cuidadosamente sitios clave con la coordinación de la Fundación Budista Tzu Chi para establecer la experiencia de la clínica gratuita en todo el mundo y apoyarse mutuamente con compasión.
Médicos y expertos de Tzu Chi de Taiwán, Filipinas y Estados Unidos se reunieron en el Centro de Servicio de Tzu Chi USA en Hawái y en el Hospital St. Francis de Honolulu el 4 de abril de 1998, para participar en la reunión de preparación de esta red médica global.
En la reunión estuvieron presentes Stephen Huang, el Dr. Chinlon Lin, entonces vicepresidente del Hospital Tzu Chi Hualien y ex director de la Clínica Gratuita Tzu Chi en Alhambra, Mingchang Hsu, entonces director del Centro de Voluntarios Tzu Chi en Alhambra, y Debra Boudreaux, actual directora ejecutiva de Tzu Chi USA, quien en dicha reunión era jefa del equipo administrativo y médico, y jefa del equipo de voluntarios de la clínica gratuita de Tzu Chi, junto con más de diez médicos y expertos de Tzu Chi de Taiwán y Filipinas. El Dr. Chinlon Lin fue quien presidió la reunión.
Todos los presentes estaban decididos a establecer la Asociación Médica Internacional Tzu Chi, que se convertiría en una red global de profesionales médicos de la fundación. En este encuentro todos proporcionaron sugerencias para implementar esta visión de llevar la misión médica a todo el mundo. Finalmente, se decidió establecer la red médica global de Tzu Chi y para ello se llevó a cabo una investigación exhaustiva sobre leyes, organizaciones, operaciones y otros temas relevantes. También se identificaron tentativamente cuatro ubicaciones, incluidos el Este de Estados Unidos, el Oeste de Estados Unidos, Hawái y Filipinas. Los capítulos regionales de TIMA fueron establecidos inmediatamente por la clínica gratuita de Tzu Chi en Alhambra y la sucursal de Hawái.
También el 31 de octubre del mismo año, se celebró el Foro TIMA en Los Ángeles, California, con la participación de más de 60 médicos de varios países, incluyendo Taiwán, Vietnam, Filipinas y Estados Unidos. El Foro revisó las propuestas para la Asociación Médica Internacional Tzu Chi y fortaleció la posición de TIMA:
(2.) Cada región tendrá un coordinador que será miembro profesional y un director general que será miembro no profesional.
(3.) Los miembros estarán compuestos por miembros profesionales con licencia para ejercer, como médicos, dentistas, farmacéuticos, enfermeras practicantes, practicantes de Medicina Tradicional China (MTC), técnicos de laboratorio, dietistas, y miembros no profesionales, que serán responsables de las comunicaciones, la alimentación, el transporte y otros asuntos administrativos.
La primera reunión anual de la Asociación Médica Internacional Tzu Chi (TIMA) tuvo lugar en el año 2000, marcando oficialmente el establecimiento de esta organización. Durante la reunión, se presentaron canales para que profesionales médicos solidarios aportaran con su experiencia y expandieran su red médica para llegar a lugares donde se necesitaba ayuda. Como organización clínica voluntaria a nivel internacional, TIMA está presente en más de 50 países y regiones en todo el mundo, brindando beneficios a aproximadamente 3 millones de pacientes hasta julio de 2019.

Hasta el día de hoy, profesionales médicos y voluntarios de la Asociación Médica Internacional Tzu Chi continúan trabajando en las clínicas permanentes en Alhambra, South El Monte, Wilmington en California, brindando acceso a servicios de salud importantes, información y educación en salud preventiva. Vale la pena destacar que cuando ocurre un desastre, TIMA se une a Tzu Chi en labores de ayuda de emergencia, proporcionando apoyo médico esencial para los beneficiarios afectados.
En los Estados Unidos, además de brindar servicios médicos en las clínicas, se organizan consultas y seminarios. Debido a las diferentes necesidades y regulaciones en las distintas regiones, cada clínica tiene un enfoque de servicio distintivo. Aunque este enfoque de servicio puede variar, la misión principal es aliviar el sufrimiento. La fortaleza de TIMA va más allá de la buena voluntad y devoción de sus miembros. Esto se debe a que, además de la ayuda médica, TIMA se enfoca en la recuperación y guía espiritual, sanando a los pacientes tanto física como emocionalmente y brindando nuevas oportunidades gracias a una mejor calidad de salud. La compasión y el amor que TIMA infunde en su práctica ilumina el camino a la recuperación de cada persona que llega hasta TIMA.
Pero, ¿cómo comenzó todo?
En febrero de 1966, la fundadora de Tzu Chi, la Maestra del Dharma Cheng Yen, quien para ese entonces era una monja en sus veinte años, visitó al padre de un discípulo que había sido recientemente operado en una clínica médica privada en Fenglin, en el condado de Hualien, en el centro de Taiwán.
Al despedirse, la Maestra se impactó al ver sangre en los pasillos y preguntó qué había ocurrido. El personal de la clínica médica le relató una horrible tragedia. Explicaron cómo una mujer con complicaciones en el parto fue a la clínica para salvar a su bebé después de un agotador viaje de ocho horas. Sin embargo, le negaron la atención debido a que la familia de esta madre no tenía dinero para hacer el depósito de seguridad que la clínica requería.
Atónita y con el corazón roto, después de presenciar esta escena, la Maestra Cheng Yen sabía que tenía que hacer algo. Acompañada por las amas de casa, recaudó fondos durante un año para reunir la cantidad necesaria para que alguien, como la mujer embarazada, recibiera el tratamiento que necesitaba y merecía. Juntas con la Maestra, las amas de casa empezaron a reunir pequeñas cantidades de dinero en un tubo de bambú antes de hacer sus compras en el supermercado, mientras también confeccionaban zapatos de bebés para vender.

Después de reflexionar sobre las conversaciones filosóficas que sostuvo con tres monjas católicas que enseñaban en una escuela misionera en Hualien, Taiwán, la Maestra de Dharma Cheng Yen tuvo otra realización: “Hablé sobre el budismo, y ellas hablaron sobre el catolicismo; tuvimos una gran conversación. Después de discutir las doctrinas religiosas entre nosotras, las tres monjas de repente preguntaron: ‘El Buda promueve la compasión. ¿Has hecho algo por la sociedad?’ En ese momento, me quedé sin palabras, pero estaba ansiosa por proteger el Dharma”. Estas palabras inspiraron aún más su fe y perseverancia, sosteniendo la creencia genuina de que los seres humanos tienen un potencial ilimitado, especialmente cuando se unen para una buena causa.
Y fue así, en una fría mañana de enero de 1983, un grupo de monjas y amas de casa se reunieron en un campo en Hualien, Taiwán, con un objetivo en mente: limpiar y hacer espacio en ese mismo lugar para construir un hospital.
Este sueño se materializó con la apertura del Hospital General Tzu Chi en 1986, una construcción que ascendió a unos 80 millones de NTD (Nuevo Dólar Taiwanes). Más allá de eximir a los pacientes de depósitos hospitalarios, el hospital inició programas de asistencia social, marcando una transformación significativa en la parte oriental de la isla de Taiwán. Este acto no sólo redujo las barreras financieras para los pacientes, sino que también convirtió la región en un lugar donde antes no existían servicios médicos de este tipo.
El espíritu caritativo y humanista de la Fundación Budista Tzu Chi se extiende por todo el mundo. Hasta el día de hoy, Tzu Chi continúa utilizando el sistema de recolección de dinero en tubos de bambú, transformándolos en las emblemáticas alcancías de bambú de la fundación, como un recordatorio eterno de este noble acto.

Las misiones médicas de Tzu Chi, realizadas por un equipo de profesionales médicos y voluntarios apasionados por ayudar a los demás, ofrecen atención médica gratuita, atención dental, exámenes de la vista entre otros servicios, abordando las necesidades de aquellos que más lo necesitan, llegando a lugares donde a menudo no tienen acceso a atención médica significativa.
Un viaje al pasado
El primer gran avance en la reforma de la atención médica en los Estados Unidos se estableció con la Ley de Seguridad Social de 1935, que tuvo como objetivo facilitar prestaciones adecuadas para adultos mayores, madres y niños, ampliando así el acceso a la salud pública. Unos años después, en 1939, se diseñó el primer plan oficial de Blue Shield, con el objetivo de ayudar a los trabajadores de Estados Unidos a cubrir los costos médicos. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 cuando el gobierno comenzó a desempeñar un papel más activo en la atención médica.
Para 1965, se establecieron los programas de Medicare y Medicaid para fortalecer la ayuda para adultos mayores, personas con discapacidades y personas de comunidades de bajos ingresos y desatendidas. A pesar de esto, en 1997, la encuesta de población actual hecha por el censo estimó que 42.4 millones de personas en los Estados Unidos no contaban con seguro de salud. Para 2007, el censo estimó que el número de personas sin seguro de salud había aumentado a 45.6 millones.
A lo largo de los años, en los Estados Unidos, la ley de reforma del seguro médico integral o Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA, por sus siglas en inglés), incluida la expansión de Medicaid para adultos de bajos ingresos, han ayudado a reducir las desigualdades en la cobertura y han mejorado los resultados de salud de manera positiva. A pesar del triunfo de la implementación de la ACA en 2010, en 2021, el 64% de los adultos dijeron que no tenían seguro de salud porque el costo de la cobertura seguía siendo muy alto. Además, uno de cada cinco adultos sin seguro en 2021 no recibió la atención médica necesaria debido a ese alto costo.
Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS, por sus siglas en inglés) perteneciente al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en 2022, todavía había 27.6 millones de estadounidenses de todas las edades sin seguro de salud. Además, la mayoría de estas personas pertenecen a familias de bajos ingresos que trabajan y que han estado sin cobertura durante largo tiempo.
Las personas sin ningún tipo de cobertura médica tienen menos probabilidades de recibir exámenes de salud y atención preventiva teniendo también menos probabilidades de recibir tratamiento oportuno. Esto genera efectos negativos sustanciales en la calidad de vida de las personas sin seguro médico. Cuando ya no pueden postergar la atención médica, se enfrentan a facturas que superan con creces sus posibilidades, lo que se traduce rápidamente en la adquisición de deudas médicas que afectan sus ahorros. Además, los datos de un informe de la Organización Mundial de la Salud hecho el 19 de mayo de 2023, revelan que: “La proporción de la población que gasta más del 10% de su presupuesto familiar en gastos de salud (OOP) ha empeorado desde 2015 a un promedio de 0.2 puntos porcentuales por año para alcanzar el 13.5% en 2019 (alrededor de 1,000 millones de personas). Este indicador se centra en el gasto en salud relativamente grande, pero para las personas que viven en o cerca de la pobreza, cualquier cantidad gastada en su salud puede ser la causa de grandes dificultades financieras. En 2019, el 4.9% de la población mundial (381 millones de personas) cayó o se hundió aún más en la pobreza extrema debido a los pagos por salud”.
Sin duda, la accesibilidad a la atención médica es una de las preocupaciones más importantes para millones de personas. Y la falta de acceso ha llevado a muchas personas a retrasar o evitar tratamientos médicos necesarios y a prolongar síntomas tratables. En cambio, las personas con seguro de salud, y por lo tanto con una fuente estable de atención médica, tienen más probabilidades de recibir servicios efectivos y pruebas de detección.
La tasa de personas sin seguro ha disminuido sustancialmente desde la implementación de la ACA, pero todavía hay millones de estadounidenses sin cobertura de salud, o con planes incompletos, carentes de la amplitud de atención necesaria en campos médicos, como dental y visual. Esta carencia resulta en la necesidad de rechazar la búsqueda de tratamiento médico cuando es necesario, puede dar lugar a problemas de salud más graves y a costos de atención médica más altos en el futuro.
Por lo tanto, además de la reducción del alto costo de los medicamentos con receta, es vital aumentar el acceso y la financiación de servicios integrales de atención preventiva.
El costo de vida está subiendo porque en Estados Unidos no se negocian los precios de los medicamentos como en otros países. En lugares con un sistema de salud para todos, el gobierno puede negociar con las compañías farmacéuticas para conseguir precios más bajos. Pero en Estados Unidos, las aseguradoras privadas y algunos programas del gobierno negocian los precios de los medicamentos por separado, lo que hace que tengan menos poder de negociación. Esto se debe a que en Estados Unidos el sistema de salud está controlado por compañías de seguros privadas que cobran mucho dinero en primas y deducibles. Por eso, los medicamentos recetados son muy caros y esto hace que suba el costo de la atención médica.
De la misma manera, una encuesta de 2023 publicada por la encuestadora KFF, “Opinión pública sobre medicamentos con receta y sus precios“, señaló que: “Alrededor de tres de cada diez adultos informan que en algún momento del año pasado no tomaron sus medicamentos según lo recetado debido al costo. Esto incluye a aproximadamente uno de cada cinco que informa que no llenaron una receta o tomaron un medicamento de venta libre en su lugar (21%), y el 12% que dice que redujo a la mitad las pastillas u omitió una dosis debido al costo.”
En los Estados Unidos, los inmigrantes indocumentados no tienen acceso a Medicaid o a la cobertura del mercado, ni son elegibles para otros programas gubernamentales, lo que crea incertidumbre sobre cómo recibir tratamiento médico. Como resultado, enfrentan grandes desafíos para obtener atención médica urgente.
Poniendo la compasión en acción
Con estas necesidades en mente, uno de los aspectos más significativos de las misiones médicas de Tzu Chi USA es el enfoque en la atención médica integral, brindando no solo atención médica, sino también apoyo emocional a sus pacientes. El equipo médico de Tzu Chi se toma el tiempo para comprender la situación de cada persona y ofrecerles consuelo, creyendo que la buena salud y la recuperación involucra no solo el cuerpo, sino también la mente y el alma.
Basados en la equidad, la solidaridad y la compasión, los servicios de salud de Tzu Chi buscan remediar preocupaciones, promover el bienestar comunitario y brindar atención centrada en el paciente a todos. En chino, “tzu” significa compasión y “chi” significa alivio, las mismas cosas que la fundadora de Tzu Chi, la Maestra del Dharma Cheng Yen, buscaba ofrecer a los miembros de comunidades desatendidas en su Taiwán natal.
Tzu Chi opera actualmente seis hospitales en Taiwán, administra el quinto banco de médula ósea más grande del mundo y apoya la Asociación Médica Internacional Tzu Chi con más de 8,600 médicos y profesionales de la salud que brindan servicios médicos gratuitos a más de dos millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, todavía hay un largo camino por recorrer. La señal es clara: la atención médica debe extenderse a todos si queremos que todas las comunidades prosperen.
El viaje de mil millas comienza con el primer paso.
Maestra del Dharma Cheng Yen
Según una publicación de 1993 de la Biblioteca Nacional de Medicina, “Fuentes de seguro de salud y características de los no asegurados. Análisis de la Encuesta de Población Actual de marzo de 1993”, en 1992, 38.5 millones de personas no tenían cobertura de seguro médico privado ni recibían asistencia médica financiada públicamente. Justo un año antes, en 1991, este número fue de 36.3 millones de personas, y 35.7 millones de personas en 1990. Una razón principal para el aumento en el número de personas sin seguro entre 1991 y 1992 fue la disminución en la cobertura basada en el empleo entre individuos y sus familias que trabajaban para pequeñas empresas. El número de niños sin cobertura de salud solo en 1992 fue de 9.8 millones, en comparación con 9.5 millones de niños no asegurados en 1991. Apenas unos pocos años después, en 1997, un censo hecho por la Fundación Kaiser estimó que 42.4 millones de personas estaban sin seguro en los Estados Unidos.
Con la intención de atacar estos problemas, la misión médica de Tzu Chi organizó esfuerzos concertados para ayudar a cerrar la brecha.
En 1993, cuando Tzu Chi estableció su clínica gratuita en los Estados Unidos en California, con un enfoque dedicado a proporcionar servicios de salud comunitarios de alta calidad centrados en el paciente para personas y familias de bajos ingresos.
La creación del primer Centro de Salud de Tzu Chi en los Estados Unidos
Existe una fuerte filosofía que sustenta la misión médica de Tzu Chi. El ex director ejecutivo de la Fundación Médica de Tzu Chi y ex director de la junta directiva, el Dr. William Keh, describe la doctrina centrada en las personas a través de la cual se fundó de la siguiente manera:
El Centro de Salud de Alhambra se basa en el concepto de la Maestra Cheng Yen de poner a las personas en primer lugar. No solo estamos tratando los síntomas ... estamos tratando los corazones de las personas.
Dr. William Keh
Ex director ejecutivo
Fundación Médica Tzu Chi
La vida de Stephen Huang, un empresario estadounidense, cambió por completo cuando visitó a la Maestra del Dharma Cheng Yen en Hualien, al ver cómo la Maestra había creado una poderosa organización que empezó a cumplir sueños aparentemente imposibles. Huang se convirtió en discípulo y se comprometió a llevar el espíritu y la misión de Tzu Chi a los Estados Unidos, convirtiéndose en el director ejecutivo de la primera clínica gratuita, en el primer director ejecutivo de Tzu Chi USA y en el actual director ejecutivo de Asuntos Globales del Voluntariado de Tzu Chi.
La persistencia y el arduo trabajo que caracterizaban previamente el enfoque de Stephen Huang en su carrera le han sido muy útiles en sus proyectos con Tzu Chi. Stephen Huang viajó por todo el mundo para nutrir el espíritu humanista e ideales de Tzu Chi entre las comunidades, confiando en las enseñanzas de la Maestra del Dharma Cheng Yen para obtener apoyo en este proceso. Hoy en día, Stephen continúa en el camino del Bodhisattva de Tzu Chi.
El Dr. Chin-Lon Lin, ahora radicado en Taiwán y encabezando la misión médica de Tzu Chi en Taiwán, fue igualmente un pionero que lideró la historia temprana de la misión en los Estados Unidos. Un estudiante de medicina que llegó a los Estados Unidos hace más de medio siglo para estudiar, el Dr. Chin-Lon Lin se convirtió en una autoridad de renombre en cardiología durante su tiempo en el país, convirtiéndose en presidente de Dignity Health, Northridge Hospital Medical Center en Los Ángeles y siendo el primer presidente asiático-americano del hospital católico. Como era de esperar, el Dr. Lin se familiarizó con las fortalezas y debilidades del sistema de salud de los Estados Unidos, explicando, “la atención médica en los Estados Unidos es muy avanzada, una de las más avanzadas del mundo. Alemania y los Estados Unidos siguen liderando en términos de atención médica. Pero la atención médica en los Estados Unidos tampoco está equilibrada, por lo que aquellos con buenas condiciones financieras tienen acceso a la mejor atención médica del mundo. Pero la gente común, los más pobres, especialmente los menos afortunados, no tienen acceso a las mejores especialidades médicas; eso es especialmente cierto para los no asegurados. Por eso debemos tener clínicas gratuitas.

Cuando su padre enfermó y regresó a Taiwán para visitar a su familia, el Dr. Chin-Lon Lin se enteró de que una monja budista había construido un hospital en Hualien. “Tenía curiosidad”, compartió. “Cuando visité a mi familia, pensé en visitar y ver qué estaba pasando. Trabajé en un hospital católico en los Estados Unidos, y había muchos hospitales cristianos cercanos. Pero mi personalidad y trasfondo cultural estaban más en sintonía con el budismo, que enseña la fe, la disposición y la acción, pero en general, hay menos acción. Quedé muy conmovido por lo que vi y acepté directamente la invitación de la Maestra para unirme a Tzu Chi”, comenta el Dr. Chin-Lon Lin.
Después de regresar a los Estados Unidos, el Dr. Chin-Lon Lin encontró a Tzu Chi USA en Alhambra y conoció a Stephen Huang, quien en ese momento era el director ejecutivo de Tzu Chi USA. “El Hermano Huang estaba decidido a hacer realidad las cuatro misiones principales de Tzu Chi en los Estados Unidos. Sabía que yo era médico, así que me invitó, diciendo: ‘Pongamos en marcha la atención médica’, recuerda el doctor. Agrega que el primer paso era tener un lugar. Después de pensarlo un poco y con la bendición de la Maestra, Stephen Huang trasladó la creciente clínica, a un espacio más grande en Monrovia, California. La oficina en 1000 Garfield, que era la propia casa de Huang, fue donada para convertirla en un centro médico gratuito.
La Clínica Gratuita Budista de Tzu Chi fue aprobada por el Concejo Municipal de Alhambra en febrero de 1993, con planes para proporcionar servicios diagnósticos y terapéuticos a pacientes desatendidos de todas las religiones y etnias.

Sin embargo, los voluntarios de Tzu Chi no contaban con experiencia ni conocimiento de las leyes y regulaciones adecuadas. Las tareas de reclutar profesionales, remodelar el interior para uso médico, solicitar una licencia y llegar a la comunidad para invitar a los pacientes eran enormes. No fue en absoluto fácil para una organización budista en el extranjero establecer una clínica médica local en los Estados Unidos.
En 1992, Emily Chu, una voluntaria que estaba a punto de establecer el Centro de Servicio del Condado de Orange de Tzu Chi USA, lideró a los voluntarios a una iglesia católica y a la Clínica Médica Share Our Selves (SOS) en Santa Ana, tratando de absorber la experiencia de otras organizaciones como un modelo para las operaciones de la oficina. Aprendió que SOS proporcionaba dos servicios principales: atención médica gratuita y distribución de alimentos. El director le dijo a Chu que, además de ayudar a las comunidades subrepresentadas con problemas de salud, SOS proporcionaba alimentos, distribuyendo 300 bolsas diariamente a personas necesitadas, y llevaba un registro de quienes recibían esta ayuda. Los servicios médicos gratuitos sin fines de lucro incluían medicina occidental, odontología, obstetricia y ginecología, y psiquiatría; también ayudaban a quienes lo necesitaban con sus facturas de servicios públicos y alquiler. Impresionada, Chu memorizó todos estos servicios.
Después de ayudar a distribuir mantas y empacar alimentos para los miembros de la comunidad, los voluntarios se tomaron una foto de grupo frente a la oficina de SOS para recordar este momento significativo. Poco sabían lo que esta foto representaría. Cuando Stephen Huang la vio, le preguntó a Chu qué lugar era, y ella lo explicó en detalle. Después de escuchar con gran interés, Huang le dijo entusiastamente: “Invitaré al Dr. Chin-Lon Lin a venir y ver si Tzu Chi puede establecer un centro de clínica gratuita”.
Después de una reunión con SOS, Stephen Huang completó una breve evaluación y de inmediato tomó la iniciativa, donando su casa y motivando a los voluntarios a recaudar fondos. El equipo comenzó desde cero en cuanto a financiamiento. En esos días, muchas voluntarias de Tzu Chi eran mujeres buenas en “cocinar sin arroz”. Además, aunque tenían poco en sus bolsillos, se adhirieron a la enseñanza de la Maestra del Dharma Cheng Yen de “fe en la abnegación, fe en el amor hacia los demás” y buscaron profesionales de la salud en todas partes con confianza e invitaron a voluntarios médicos a unirse y servir con amor. Durante el período de preparación, Emily Chu ayudó con todo, desde colocar ladrillos y azulejos hasta poner mesas y sillas. En una ocasión, consiguieron una buena oferta y compraron varios escritorios y archivadores. Un grupo de nueve personas, ocho hombres junto con Chu, que se describía a sí misma como “un poco mayor, pero no demasiado mayor”, transportó todo al edificio. Huang también envió voluntarios a varias clínicas gratuitas para aprender más. El equipo tuvo cientos de reuniones, y varios arquitectos fueron al sitio para la decoración interior.
Al mismo tiempo, el Dr. Chin-Lon Lin trabajaba en obtener una licencia gubernamental: “Para solicitar una clínica gratuita, necesitas la aprobación del estado, así que contratamos a un consultor para que nos ayudara con las solicitudes”, compartió el Dr. Lin. “Cuando vinieron y dijeron: ‘Podemos hacer la solicitud por usted por un mínimo de $1,800’, les explicamos que éramos solo aficionados, sin fines de lucro, y no teníamos mucho dinero. Negociamos y negociamos, reduciendo la tarifa de consulta a $1,200. Después, reunió los documentos y nos los entregó. Estábamos terminando con nuestras instalaciones y decoraciones interiores en ese momento. Vio que colocamos un letrero que decía ‘clínica gratuita Tzu Chi’ y me preguntó al respecto. Le dije: ‘No cobramos al paciente por ver al médico; es gratis’. Luego preguntó: ‘¿Y qué pasa con los análisis de sangre y las radiografías?’ Le dijimos que el centro de análisis de sangre estaba al otro lado de la calle y pagaríamos el precio más bajo al centro de análisis, pero los pacientes no tenían que pagar’. Él dijo, ‘¿estás seguro?’ Lo pensó durante mucho tiempo y luego dijo que también donaría la tarifa de consulta de $1,200. La franqueza no está sola; está destinada a tener vecinos.”
Los voluntarios avanzaron sin vacilación, pero justo antes de la evaluación, hubo un gran problema.
“Un mes antes de que abriéramos, se suponía que el gobierno estatal enviaría funcionarios para verificar si se habían seguido las reglas: si los marcos de las puertas permiten el paso de sillas de ruedas, si debe haber agua caliente. Pero un mes antes de la evaluación, nuestra nueva jefa de enfermeras y el personal administrativo que contratamos estaban bajo mucha presión. Se escondieron y desaparecieron. No importaba que no estuvieran allí, pero se llevaron todas nuestras solicitudes. No teníamos computadoras en ese momento. Los documentos eran impresiones. Pedimos ayuda a la Hermana Debra Boudreaux; ella es la actual directora ejecutiva de Tzu Chi USA. La Sra. Lin y yo fuimos al Hospital Northridge y pedimos prestado su Procedimiento Operativo Estándar (SOP, por sus siglas en inglés), para usarlo como ejemplo”.
Debra Boudreaux también recuerda ese período como una maratón. Después de su trabajo regular, corría a la clínica gratuita para seguir trabajando: “Mecanografiábamos desde las 6:00 p. m. hasta la medianoche”, comentó. Los documentos, que habrían tomado tres o cuatro meses en completarse, estaban listos en solo unas pocas semanas.
Finalmente, con los esfuerzos concertados de todos, la Clínica Gratuita Budista Tzu Chi fue aprobada y estaba lista. Podía abrir oficialmente sus puertas y comenzar a brindar servicios a la comunidad del Valle de San Gabriel en el sur de California, lo cual hace hasta el día de hoy.