Graves relámpagos e incendios forestales ocasionan la clausura de carreteras y el aire lleno de humo en el condado de Santa Cruz, California. Foto/Minjhing Hsieh
Escrito por Pingyao Lee, Christina Chang | Traducido por Andrea García
Publicación #11
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Salí de la ciudad y cuando llegué a casa, no tenía casa. Se quemó, se fue, todo. Todo lo que tenía. Significa mucho para mí, después de perderlo todo, saber que ustedes han venido de tan lejos para ayudarnos.
Cuando los incendios forestales comenzaron por primera vez, el cielo en el norte de California se volvió rojo anaranjado, luego oscureció ominosamente, como si fuera una escena apocalíptica. Algunas personas lo compararon con estar en el purgatorio o en el planeta Marte…
Desde mediados de agosto de 2020, cientos de incendios forestales han arrasado California, quemando más de un millón de acres de tierra en solo una semana. Los incendios forzaron la evacuación de más de 100.000 personas, mientras el humo acre se esparció por el estado y la calidad del aire se elevó a niveles peligrosos. Lo que ahora se conoce como el histórico “asedio de rayos de agosto” forzó a los bomberos a luchar un incendio tras otro, con más de 900 incendios forestales provocados por unos 14.000 relámpagos en 72 horas.
En nueve días, el área promedio quemado en California llegó a más de tres veces lo que se quemaría en una temporada regular de incendios forestales. A finales de agosto, los incendios habían consumido 1.42 millones de acres de tierra, más que el tamaño del estado de Delaware, y para el 15 de septiembre, quemó un récord de más de 3.25 millones de acres.
Para los residentes evacuados de las áreas impactadas que huyeron en medio de una pandemia global, el desastre sólo contribuyó a su miseria y angustia, empeorando las dificultades económicas que ya estaban enfrentado. Para muchos, significó perder todo lo que tenían a las llamas, y para algunos, no fue la primera vez.
Lanzamiento del Alivio en Caso de Desastres por Incendios Forestales de Tzu Chi EE.UU.
En cuanto los incendios forestales comenzaron y se propagaron, los voluntarios de la región noroeste de Tzu Chi EE.UU. establecieron inmediatamente un Centro de Operaciones para realizar reuniones diarias. El objetivo era mantenerse al día con los últimos desarrollos mientras se elaboraban estrategias y se lanzaban planes de ayuda, explorando también la viabilidad de establecer refugios temporales para los residentes evacuados en las oficinas locales y determinando su capacidad.
Los esfuerzos de socorro de los voluntarios para los evacuados comenzaron poco después de eso e inicialmente incluyó la entrega de mantas ecológicas, mascarillas de tela y suministros esenciales para atender a las necesidades de emergencia y reducir la ansiedad de estar en una situación tan inquietante. La distribución de tarjetas de débito o efectivo seguiría un poco después.
Dadas las limitaciones y las medidas de seguridad durante la pandemia, los equipos de socorro establecieron servicios que permitieron a los residentes afectados por los incendios forestales a registrarse en línea para obtener recursos. Simultáneamente, capacitaron a voluntarios sobre el proceso de las solicitudes a través de entrevistas telefónicas y cómo consolar a los sobrevivientes mientras verificaban su información.
Dar con dedicación
Mientras los bomberos gradualmente controlaron los incendios forestales en el área norte de la bahía de San Francisco, otros se encendieron en el estado de Washington y Oregon, causando una gran destrucción y sufrimiento. Según el Centro Nacional Interagencial de Bomberos, para el 17 de septiembre, las llamas habían quemado por lo menos 764.000 acres en Washington y más de 586.000 acres en Oregón.
Los voluntarios de la región noroeste de Tzu Chi EE.UU. estaban preparados y rápidamente llevaron ayuda a donde se necesitaba, sin importar la distancia. Para llegar a Melissa Ward, una maestra jubilada que necesitaba asistencia urgente, un equipo de voluntarios condujo diez horas de ida y vuelta para darle personalmente una tarjeta de efectivo con el amor de Tzu Chi.
La sucursal de Seattle de Tzu Chi EE.UU. también donó 18 purificadores de aire para residentes de edad avanzada, personas con sistemas inmunológicos débiles o alergias, y familias con niños pequeños en Oregón, cuya salud podría estar en riesgo debido a la mala calidad del aire resultante de los incendios forestales. Para lograr esto, los voluntarios de Tzu Chi de Portland hicieron un viaje de ida y vuelta a Seattle para obtener los purificadores de aire, un viaje de seis horas en medio de una tormenta a mitad de camino.
El alivio de los incendios forestales de Tzu Chi EE.UU. en 2020 marcó un hito en octubre por los sitios inesperados que dimos ayuda, tales como los afectados por el incendio Slater, que devastó áreas remotas de la frontera entre el sur de Oregón y el norte de California.
Jairo y su familia tuvieron la suerte de escapar del incendio forestal; actualmente viven en la casa rodante de su suegra. Jairo dijo: “No es fácil dejar de lado tu autoestima y aceptar la ayuda de los demás”. Sin embargo, está dispuesto a hacerlo por sus tres adorables hijos. El voluntario Li Jinlong comprende este sentimiento, el profundo amor de un padre por sus hijos, porque también es padre de un niño. Jairo preparó un desayuno vegetariano para los voluntarios recordando que los voluntarios de Tzu Chi son vegetarianos. La hospitalidad considerada y sincera de la familia de Jairo, una comida sencilla y una actitud cálida inspiraron a los voluntarios, que esperan hacer más y seguir ayudando a más personas que necesitan asistencia de Tzu Chi.
