Ecuador: Reconstruyendo y sanando entre los escombros
Autores: Audrey Cheng, Peter Chu, Scarlett Liu y Tina Tuan
Traducido por: Gabriela Barzallo
Editado por: M. Carolina Saheli y Gabriela Guandique
Publicación #21
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La Asociación Internacional de Médicos de Tzu Chi (TIMA) realiza una clínica gratuita en San Mateo, Manta, Ecuador, el 15 de julio de 2019. Foto/Peter Chu
Canoa solía ser un pequeño pueblo tranquilo y apacible junto al mar en Manabí, Ecuador, mientras las estaciones pasaban como la primavera. Sus residentes disfrutaban de una vista pintoresca que parecía eterna: grandes árboles frente a cada casa, y hamacas se veían dondequiera que hubiera sombra de un árbol.
La gente solía expresar su letargo balanceándose; cuando tenían sed, trepaban a los árboles para recoger cocos, y los huertos con suelo fértil siempre producían cosechas abundantes, al igual que la pesca en el mar siempre resultaba rentable. Las visitas regulares de turistas generaban actividad en hoteles y tiendas locales de productos. Gradualmente, la gente olvidó lo que era la tristeza.
De pronto, un terremoto de magnitud 7.8 en abril de 2016 sacudió a la población, trastocando sus sueños y devastando sus hogares. En medio del caos y la desesperación, la emblemática iglesia de Canoa se desmoronó entre los lamentos horrorizados de la población. El dolor y la angustia resonaban entre los escombros y los muros fracturados, creando un ambiente de desolación y tristeza palpable en el aire.

Reconstruyendo hogares entre las ruinas
A medida que se difundía la situación actual del desastre, Tzu Chi USA formó un equipo de evaluación de desastres con nueve miembros, liderado por el voluntario de Tzu Chi Martin Kuo. El equipo viajó a cinco de las ciudades más afectadas de Ecuador: Manta, Portoviejo, Pedernales, Canoa y Jama.
Fue durante la evaluación que Tzu Chi conoció a Jenyffer Ruiz. De origen ecuatoriano, Ruiz había residido en Estados Unidos por más de dos décadas, sin embargo, anhelaba regresar a su tierra natal para ayudar a sus compatriotas. En 2015, finalmente decidió volver a Ecuador en búsqueda de una vida más satisfactoria.
Jenyffer se conmovió profundamente al ver al voluntario de Tzu Chi Martin Kuo liderando un equipo de evaluación de desastres, viajando y trabajando incansablemente. Se unió al equipo de evaluación de desastres y trabajó como intérprete. Durante la misión, que se extendió por más de un mes, fortaleció su relación con Tzu Chi.

Como ecuatoriana, es mi deber ayudar a mi país y a mis compatriotas. Pero que Tzu Chi venga desde lejos a ayudarnos fue muy conmovedor, y las palabras no pueden describirlo. Tzu Chi no nos debe nada, pero asumen el deber y vienen.
Jenyffer Ruiz
Voluntaria de Tzu Chi
Acompañados por Ruiz, Tzu Chi avanzó con valentía y determinación. Durante la misión de ayuda tras el devastador terremoto de abril de 2016 y posteriormente, en la misión de socorro tras las inundaciones de abril de 2017, Tzu Chi implementó un programa de trabajo remunerado para los sobrevivientes ofreciendo salarios por encima del promedio local para incentivar su participación en la reconstrucción. Esta iniciativa no solo reunió fuerzas, si no que también motivó a los afectados a superar su dolor. Cientos de personas locales se unieron a los voluntarios de Tzu Chi. La generosa asistencia de parte de la organización extranjera motivó a los sobrevivientes y les brindó un sustento económico directo.
Cuando México, a 2,400 millas de Ecuador, fue golpeado por un fuerte terremoto el 17 de septiembre de 2017, afectando gravemente a varias ciudades, Tzu Chi Taiwán invitó a Ruiz a participar en los esfuerzos de socorro de la Fundación. Al observar cómo un equipo de médicos de diferentes especialidades brindaba tratamiento médico gratuito mientras llevaba a cabo distribuciones de ayuda, ofreciendo tratamiento médico profesional a los sobrevivientes en México, Ruiz reflexionó sobre las necesidades sanitarias de su pais natal.
Ruiz tomó la iniciativa de hablar con Martin Kuo: “Conoces mejor la situación en Ecuador, y Ecuador fue golpeado por el terremoto antes que México, ¿entonces por qué Tzu Chi ofreció clínicas gratuitas en México y no en Ecuador? ¡La gente de Ecuador también necesita ayuda!” Al escuchar esto, Kuo y Ruiz se dirigieron a William Keh, quien en ese momento ocupaba el cargo de director ejecutivo de la Fundación Médica Tzu Chi, para pedir ayuda para Ecuador. Keh discutió con Kuo la viabilidad de que Tzu Chi ofreciera asistencia en Ecuador en términos de personal y recursos, y comenzó a coordinar los preparativos para las clínicas gratuitas en dicho país.

Implementación de una misión médica en Ecuador
En enero de 2019, el equipo médico de Tzu Chi viajó a Ecuador en respuesta a la solicitud del país para brindar servicios médicos gratuitos. Entre el 10 al 16 de enero, se llevaron a cabo siete clínicas en total en Canoa, Portoviejo, Santa Ana y Guayaquil. Gracias al aporte de recursos médicos por parte del equipo estadounidense y a la colaboración de Ecuador con recursos humanos adicionales, las clínicas gratuitas se desarrollaron de manera fluida y lograron atender a 3,842 pacientes.
Cuando Martin Kuo llegó a Ecuador por primera vez junto al equipo médico de Tzu Chi, experimentó un profundo alivio: “Vinimos por primera vez en 2016 después del terremoto y luego tras las inundaciones. Nos dimos cuenta de la urgente necesidad de atención médica entre la población, así que comencé a coordinar con todos los médicos y a organizar los preparativos necesarios. Hoy, la clínica gratuita finalmente se hizo realidad”, expresó con gratitud por el resultado alcanzado.
El viaje fue largo y difícil. El equipo dental y los instrumentos eran difíciles de transportar debido a su precisión, tamaño y peso. A pesar de eso, la Dra. Shirley Chen, dentista de la Asociación Médica Internacional Tzu Chi (TIMA) de la oficina nacional de Tzu Chi USA, lideró al equipo y supervisó el transporte del equipo a través del océano hacia Ecuador.


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Mientras tanto, Jenyffer Ruiz también asumió la responsabilidad de reclutar dentistas locales y estudiantes de odontología para unirse a la clínica. “Doce médicos de los Estados Unidos vinieron a trabajar con los médicos locales que reclutamos para brindar servicios a la comunidad local” recordó.
Veo esto como una gran oportunidad para usar mis habilidades para ayudar a quienes lo necesitan.
Gabriela Duchely
Dentista ecuatoriana
Además del tratamiento dental, las clínicas gratuitas tampoco escatimaron esfuerzos en promover la educación de higiene oral entre la población local. El Dr. Chen observó que muchos niños tenían caries: “La educación de higiene oral de los dientes temporales es fundamental. Intentamos llevar estos conocimientos a la gente”. Esta opinión estaba alineada con el pensamiento del Dr. Tungping Cheung. “La prevención es más importante que el tratamiento, y nuestra asistencia a largo plazo a la atención médica local debería centrarse en la educación sanitaria”, explicó.
El consenso del equipo fue que si Tzu Chi pudiera popularizar el conocimiento en salud y fomentar la adopción de un estilo de vida saludable, los ecuatorianos podrían liberarse cada vez más del dolor y el sufrimiento, que es también el objetivo de las misiones médicas internacionales de Tzu Chi.

Entregando dulce rocío en el desierto
Un equipo de voluntarios de Tzu Chi fue a Canoa en 2017 para iniciar un programa benéfico a largo plazo para la reconstrucción de la Iglesia de Canoa de La Parroquia San Andrés, la iglesia católica de la orden de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, que era un punto de encuentro muy apreciado en la ciudad. Dos años después, el 13 de julio de 2019, La Parroquia San Andrés ya estaba llena de actividades alegres antes del amanecer, ya que la comunidad se había reunido allí para un evento significativo: una ceremonia de reapertura. Tzu Chi había cumplido su promesa de reconstruir la iglesia y también ofreció un segundo servicio de clínica gratuita como parte de la ocasión especial, beneficiando nuevamente a los residentes de Canoa con atención médica.
La Asociación Médica Internacional de Tzu Chi (TIMA), compuesta por médicos y voluntarios de los Estados Unidos y otros lugares, junto con médicos y voluntarios locales, organizaron este evento de clínica gratuita a gran escala que duró dos días consecutivos, el 13 y 14 de julio. Después de la clínica gratuita en Canoa, el equipo se trasladó a la ciudad de Manta y atendió a los residentes del barrio San Mateo el 15 y 16 de julio.
En San Mateo, solo hay una farmacia y un hospital que solo trata enfermedades menores. Debido a la gran cantidad de personas que buscan atención, a menudo los pacientes no logran obtener una cita cuando intentan registrarse. Aquellos que padecen resfriados recurren a comprar medicamentos a su discreción. En el caso de problemas graves, deben tomar un autobús a la gran ciudad para buscar tratamiento médico, donde el costo es de $20 por cada visita. Los problemas de salud más complicados solo pueden abordarse en ciudades más grandes aún más lejos, mientras que la espera más rápida para una referencia puede llevar de dos a tres meses. Esencialmente, el acceso limitado a una atención médica adecuada y oportuna es otro desastre aquí.
Más de 500 personas de San Mateo, que tiene una población de solo 5,500 habitantes, ya habían hecho fila antes de las 7:00 a. m. para esperar que comenzara la clínica gratuita de Tzu Chi. En esta pequeña comunidad, donde simplemente tener suficiente para comer puede ser difícil, la mayoría de los residentes son pescadores trabajadores con ingresos escasos. Los servicios de clínica gratuita proporcionados por Tzu Chi fueron como un rocío refrescante del cielo en un desierto de atención médica.

Medicina oriental que salva vidas
La clínica gratuita en San Mateo tenía como objetivo tratar a las personas locales sin seguro médico para aliviar sus dolencias físicas. Los residentes que habían trabajado arduamente durante muchos años sin acceso a atención médica querían aprovechar esta oportunidad.
Domingo Quagga, un pescador de 69 años, había estado pescando durante 50 años hasta que se enfermó y dejó de hacerlo. Durante su carrera como pescador, Quagga mantuvo a su familia de cuatro miembros con un ingreso promedio diario de apenas $5. Además, hubo momentos en los que no hubo ganancias, ya que el sustento de la familia dependía del clima. “Mi escaso ingreso solo es suficiente para comprar arroz, y el pescado siempre está presente en nuestra mesa”, lamentó Quagga.
El pescador jubilado sufría de enfermedades crónicas. Debido a las largas horas que pasó remojando sus manos en agua de mar fría y cargando equipo y capturas pesadas sobre sus hombros, Quagga había soportado dolor físico durante años. Cuando se enteró de que Tzu Chi iba a proporcionar acupuntura gratuita, un tratamiento de Medicina Tradicional China (MTC) del Este, esperaba que una sola aguja fuera efectiva y mejorara sus dolencias. Y de hecho, el tratamiento de MTC sí lo ayudó.
He tenido dolor en la rodilla durante años. El practicante de medicina china me clavó una aguja en la rodilla, y el dolor se alivió de inmediato.
Domingo Quagga
Paciente de la Clínica Gratuita
Atención Medical Internacional
Ecuador


El doctor de MTC que lo trató también se sintió reconfortado y conmovido al ver la sonrisa de Domingo Quagga mientras su dolor disminuía. La clínica gratuita en San Mateo concluyó con éxito con la cooperación de un equipo de alrededor de 60 voluntarios de Tzu Chi y cientos de voluntarios ecuatorianos locales. Un total de 5,410 pacientes se beneficiaron del evento de clínica gratuita de cuatro días.
Durante las clínicas gratuitas en Ecuador en 2019, William Keh instó a los profesionales de la salud locales a establecer un capítulo de TIMA, animándolos a cuidar la salud de la población local y compartir conocimientos médicos con el público. En cuanto a las personas que se habían beneficiado y recibido atención médica, algunas estrecharon las manos de los voluntarios de Tzu Chi con lágrimas en los ojos, agradeciéndoles repetidamente por su cuidado y compañía en el camino.
Los ecuatorianos habían presenciado y sentido el amor de Tzu Chi, lo que motivó a muchos a unirse a las actividades de Tzu Chi como voluntarios comunitarios en sus ciudades de residencia. Apoyaron los esfuerzos de reconstrucción después de desastres y ayudaron a aliviar el sufrimiento de sus compañeros con corazones compasivos. Cuando regrese a Ecuador la próxima vez, Tzu Chi espera ver más frutos hermosos de bondad al sembrar las semillas de buenas acciones a través de clínicas gratuitas, con todos difundiendo cuidado y compasión juntos.