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Honduras: Llevando esperanza después del desastre

Autores: Shuli Lo, Audrey Cheng
Traducido por: JuanMa Bonilla
Editado por: M. Carolina Saheli y Gabriela Guandique

Publicación #21

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En 2017, la Asociación Médica Internacional Tzu Chi (TIMA, por sus siglas en inglés) lleva a cabo una consulta médica benéfica en Tegucigalpa, Honduras. Foto/Audrey Cheng

Honduras se ha enfrentado durante años a dificultades contundentes en los ámbitos de la educación, la sanidad y la desigualdad económica, entre otros. Las inestabilidades políticas, incluido un golpe de estado en 2009, debilitaron la protección de los derechos humanos y, como indican los datos del Grupo del Banco Mundial, la población de hondureños que vivía en la pobreza alcanzó la asombrosa cifra del 57,7% en 2020.

“Entre 2001 y 2005, los voluntarios de Tzu Chi hicieron varias visitas al país, y mientras los hospedaba, sentí la sinceridad de su entrega”, dijo Jorge Chang, un experto en recursos hídricos. Conmovido por la compasión de los voluntarios de Tzu Chi, Jorge Chang colaboró con el equipo de socorro liderado por Martin Kuo después de la inundación de 2011 en Tegucigalpa. Juntos, se encargaron del transporte, la distribución y el cuidado a largo plazo, siguiendo los pasos de la fundación y eventualmente convirtiéndose en la primera semilla de Tzu Chi en Tegucigalpa.

Tzu Chi volunteers distributing mosquito nets to local residents to prevent mosquito bites
En octubre de 2015, el virus del Zika invade Honduras, y en marzo de 2016, los voluntarios de Tzu Chi distribuyen mosquiteros para prevenir la propagación. Foto/Centro de Servicio de Honduras

Reconociendo las necesidades de la gente

Tras la devastación causada por el huracán Mitch en 1998, se produjeron otros desastres naturales. En 2020, Honduras sufrió la temporada de huracanes más activa de su historia, azotada por 30 tormentas y golpeada por los huracanes Eta e Iota en un lapso de dos semanas. Esta serie de desafíos ha obstaculizado y limitado los esfuerzos de crecimiento y recuperación en Honduras.

A medida que se realizaba el trabajo de caridad, los voluntarios descubrieron que, además de la escasez de necesidades básicas, las condiciones de higiene en Tegucigalpa también eran deficientes. La mayoría de las áreas rurales carecía de agua potable, y la gente compraba agua en varios recipientes. Estas condiciones de higiene inadecuada y los mosquitos provocaron brotes de enfermedades infecciosas como el dengue. 

Aunque los residentes en Tegucigalpa tienen seguro de salud del gobierno, no todos pueden pagar las primas. Los pacientes sin seguro que visitan hospitales públicos deben pagar una tarifa de consulta de $35, una cantidad significativa para los no asegurados y recursos económicos limitados.

“Descubrí que las personas necesitadas aquí no tienen el privilegio de buscar tratamiento médico, así que creo que Tzu Chi debería realizar consultas médicas aquí”, explicó Chang, voluntario de Tzu Chi que vive en Tegucigalpa. “Propuse esta idea a la Asociación Médica Internacional Tzu Chi (TIMA, por sus siglas en inglés) esperando colaborar y organizar consultas médicas en Tegucigalpa”.

A través de la presentación de Martin Kuo, Jorge Chang conoció a William Keh, el director ejecutivo de la Fundación Médica Tzu Chi en ese momento. Los dos congeniaron y los recursos médicos de Tzu Chi fueron utilizados. Con el apoyo de la sede central de Tzu Chi en Hualien de 2012 a 2013, se estableció un centro médico comunitario en la ciudad de Marcovia, Tegucigalpa. El 15 de marzo de 2015, los médicos y voluntarios de TIMA llegaron a la ciudad para la primera consulta médica de Tzu Chi, donde brindaron servicios médicos a los residentes junto con 29 médicos locales.

La abrumadora demanda médica superó las expectativas, y los médicos tuvieron que enfrentar situaciones inesperadas en el lugar. “Fue un poco caótico, pero a pesar de que era nuestra primera consulta médica en Tegucigalpa, y también para los médicos locales y todos nuestros voluntarios, creo que lo hicimos bastante bien”, compartió Stephen Denq, quien estaba encargado de distribuir los medicamentos.

Gracias a la cooperación entre los médicos locales, los voluntarios y el equipo de Tzu Chi, el evento médico de dos días se completó con éxito, atendiendo a más de 1,000 pacientes. “Todos los voluntarios colaboraron y lo que más agradezco es la compasión por parte de los voluntarios de Tegucigalpa. Realmente quieren aprender y ayudar sinceramente a sus compatriotas”, dijo Steven Voon, vicepresidente ejecutivo.

Como médico, participar en las consultas médicas de Tzu Chi es una gran oportunidad para cuidar de niños, mujeres, adultos y ancianos, brindando consejos médicos y tratamiento a grupos vulnerables. Colaborar con Tzu Chi puede ofrecer mejores servicios a los pacientes.

Hong-Tsai Chang
Durante la clínica gratuita, el voluntario Jorge Chang interactúa con los pacientes mientras esperan brindándoles un servicio excepcional.Foto/Audrey Cheng

Más que una consulta médica

En Choluteca, Honduras, hay una casa deteriorada que yace sobre el suelo de tierra amarillenta. Alba Luz Antonia Ordoñez y su nieta viven en esta casa en mal estado, donde Alba utiliza una estufa de piedra improvisada para calentar agua para su nieta, que tiene síndrome de Down, en un intento de aliviar su tos constante.

Se podía escuchar el dolor en la voz de Alba mientras comentaba, “Mi nieta tiene síndrome de Down. Es una niña especial que necesita cuidados especiales, pero nuestra vida ya es muy difícil porque tengo que proporcionarle alimentos nutritivos. Apenas llego a fin de mes vendiendo cosas en la calle. Realmente no es fácil para mí”.

A pesar de los cuidados de su abuela, la niña, se veía extrañamente delgada y débil debido a la enfermedad. “Necesito a alguien que me ayude a cuidarla”, dijo Alba entre lágrimas.

Lloro y rezo a Dios, esperando que Él pueda abrirnos una puerta, o una ventana. A menudo lloro, Dios sabe que estoy esperando que nos muestre una salida.

“Cuando pienso en esa abuela y su nieta con síndrome de Down, me siento muy triste”, dijo un médico local en Honduras. “No tienen la capacidad de comprar medicinas y no pueden obtener la asistencia médica que necesitan, por lo que su salud no puede mejorar”. En Honduras, hay innumerables personas que sufren enfermedades crónicas y no tienen los recursos necesarios para recibir atención médica. Los voluntarios de Tzu Chi se dieron cuenta de que una o dos consultas médicas no podían satisfacer completamente las necesidades de salud. Se necesita más atención y asistencia a largo plazo, lo cual fortaleció la determinación de Tzu Chi de establecer una clínica internacional en Honduras.

La salud como una lluvia de primavera

“Para esta consulta médica, contamos con la participación de 29 médicos locales, además de un grupo fantástico de voluntarios y, por supuesto, teníamos medicamentos. Con estos tres elementos indispensables, espero sinceramente establecer una clínica de TIMA en Honduras porque la gente aquí realmente lo necesita”, dijo el Dr. Stephen Denq muy determinado, especialmente después de este primer gran evento de servicios médicos. “Espero que después de elegir un lugar adecuado, los médicos puedan regresar cada tres meses para una consulta médica y seguir brindando servicios a los residentes locales”, concluyó.

El voluntariado médico puede desarrollarse en Honduras porque tienen un grupo de médicos profesionales que están dispuestos a ayudar. Al mismo tiempo, también tienen un grupo de voluntarios no profesionales que están dispuestos a aprender cómo ayudar a estos médicos en la prestación de servicios de consulta médica. Creo que en el futuro, tendremos más consultas médicas en Honduras.

People queue up for medical treatment
En 2018, el equipo de TIMA de Tzu Chi en Honduras lleva a cabo un evento de consulta médica en la ciudad de Tegucigalpa. Las personas se forman de manera ordenada para realizarse chequeos médicos. Foto/Centro de Servicio de Honduras.

William Keh ha estado en Honduras varias veces, trabajando incansablemente por la atención médica local. “Las veces que he venido a Honduras fueron principalmente para interactuar con los voluntarios locales, compartir, realizar consultas médicas y evaluar la viabilidad de establecer un centro de consulta médica”, dijo.

Con la ayuda de Jorge Chang, Tzu Chi inició la capacitación de voluntarios en Honduras en 2011. En 2016, se estableció finalmente TIMA en Honduras. Tzu Chi pudo guiar al personal médico local para organizar consultas médicas, marcando otro hito para la misión médica de Tzu Chi en Honduras.

A lo largo de los años, los miembros de Tzu Chi en Honduras ampliaron gradualmente el alcance de su labor benéfica local. Además de distribuir suministros, prepararon comidas nutritivas para fomentar la educación sobre alternativas vegetarianas, animaron a la comunidad a participar en limpiezas medioambientales locales e iniciaron visitas médicas y benéficas a domicilio.  En las primeras etapas, brindaron atención a los residentes locales a través de visitas médicas. Después de obtener la aprobación de los médicos, comenzaron con pequeños eventos de consultas médicas comunitarias en seis comunidades en un horario rotativo desde junio de 2021, brindando servicios médicos de manera regular y diligente.

El equipo de Tzu Chi en Honduras continúa creciendo y desarrollándose; y al trabajar de la mano con la comunidad local, estos esfuerzos pueden llegar a ayudar a más gente. Ya sea dentro o fuera de Honduras, los miembros de Tzu Chi están dedicados a esta nación y a su gente, y los voluntarios esperan poder seguir cultivando la buena salud y el gran amor que calienta los corazones de la gente como una silenciosa lluvia de primavera.

Atención Medical Internacional
Honduras

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