México: La esperanza llena los corazones mexicanos
Autoras: Audrey Cheng y Scarlett Liu
Traducido por: María Pacheco Valles
Editado por: M. Carolina Saheli y Gabriela Guandique
Publicación #21
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Tras el terremoto que azotó a México en septiembre de 2017, los voluntarios de Tzu Chi consuelan a los niños con dulces durante la primera distribución de ayuda a gran escala el 7 de diciembre en Tláhuac. Foto/Cortesía de la Oficina Nacional de Tzu Chi USA
Chapter 1 - Marking a Milestone
30 Years of Hope & Healing With Tzu Chi USA
El 19 de septiembre de 2017, un terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter sacudió el estado de Puebla, causando graves daños. Numerosos edificios quedaron afectados o completamente destruidos, mientras que un número incontable de personas resultaron heridas. Lamentablemente, más de 300 personas perdieron la vida en esta tragedia. Este desastre interrumpió los servicios básicos, exacerbando las dificultades de supervivencia.
Tzu Chi ofreció ayuda y esperanza a los residentes. El abnegado trabajo de los voluntarios fue tan esperanzador como la letra de la famosa canción mexicana “Cielito Lindo”. Los voluntarios de Tzu Chi, acompañados por voluntarios locales trabajaron juntos para escribir una nueva página en la historia, entregando ayuda a los más necesitados y sembrando semillas de esperanza y amor en esa maravillosa tierra.
Tzu Chi acepta el desafío
En cada ciudad mexicana afectada por el terremoto, cientos de personas perdieron sus hogares y seres queridos haciendo que sus vidas cambiaran rápidamente y para siempre, como fue el caso de Iván Bárcenas, quien comentó, “me encontraba en el segundo piso cuando escuché un crujido, lo que me llevó a correr a la habitación de mis dos hijos, donde estaban viendo televisión. Los sostuve en mis brazos y me protegí, esperando que sucediera lo peor. Las paredes comenzaron a colapsar, cayendo pedazo a pedazo en ruinas”.
Al enterarse de lo sucedido, los voluntarios de Tzu Chi comenzaron a trabajar y organizar un operativo de ayuda. Stephen Huang, director ejecutivo de Tzu Chi a nivel global, dirigió un equipo de investigación de desastres que llegó a México el 25 de septiembre de 2017 para hacer una encuesta en las zonas impactadas por el terremoto. Este trabajo tuvo una duración de dos meses durante los cuales los voluntarios viajaron desde Jojutla, cerca del epicentro del terremoto, hasta las cinco zonas más afectadas: San Gregorio, Atencingo, Cuautla, Raboso y Xochimilco.
Los representantes de Tzu Chi fueron de puerta en puerta para conocer de cerca las necesidades más urgentes de los sobrevivientes. Al realizar estas encuestas, notaron que además de la asistencia financiera y de los suministros de socorro, la falta de recursos médicos representaba un gran problema. Aunque el gobierno local envió ambulancias hasta el lugar, la escasez de suministros médicos y el sistema eléctrico paralizado fueron un gran obstáculo durante las labores de socorro, con muchos lugares escasos de agua potable. En condiciones tan duras, la higiene pública era difícil de mantener.
No hay agua, ni siquiera manera de lavarse las manos, ni manera de refrigerar los alimentos y medicinas que traen del exterior. Necesitamos desesperadamente ayuda, especialmente apoyo médico.
José Ricardo Licona
Médico mexicano local
Tzu Chi ayuda a sobrevivientes del terremoto
Con el apoyo de Han Huang, entonces director ejecutivo de Tzu Chi USA y del voluntario Martin Kuo, la Misión Médica de Tzu Chi organizó la primera distribución y actividades clínicas gratuitas en Tláhuac el 7 de diciembre, en la que participaron más de 100 médicos y voluntarios de 13 países y regiones. Para el 15 de diciembre, los voluntarios de Tzu Chi habían trabajado en las ciudades de San San Gregorio, Xochimilco, Jojutla, Tlaquiltenango y Zacatepec.
A pesar de las múltiples tareas pendientes para la reconstrucción de México tras el terremoto, la población, ya de por sí empobrecida, enfrentaba también dificultades para acceder a la atención médica necesaria, especialmente los heridos que requerían tratamientos urgentes. La llegada del equipo de la clínica gratuita de Tzu Chi representó la primera oportunidad para los sobrevivientes de recibir tratamiento médico profesional desde el terremoto. “Al llegar, observamos que la mayoría de las personas tenía lesiones en los hombros o los tobillos por la caída de escombros, las cuales habían soportado durante meses”, dijo Yingxu Ruan, doctor taiwanés y voluntario de Tzu Chi.
La gente ya era pobre antes del desastre y después del terremoto ni siquiera tenían dinero para comprar comida. La clínica gratuita de hoy es muy importante. Los dolores de cabeza y músculos de los sobrevivientes, así como los sufrimientos psicológicos, finalmente pueden aliviarse.
Francisco Salinas Sánchez
Jefe Delegado de Zacatepec
Tzu Chi proporcionó medicina occidental, medicina tradicional china y servicios dentales a los sobrevivientes locales, vale la pena destacar que un total de 4.491 pacientes fueron tratados en ocho clínicas gratuitas consecutivas.
En aquella época, muchos sobrevivientes locales todavía no conocían esta organización budista benéfica. El tratamiento profesional y el servicio al paciente de Tzu Chi conmovieron a los supervivientes que quedaron traumatizados física y mentalmente por el terremoto.
Alma Rosa Calderón, quien estuvo muy afligida después del terremoto por perder a su hijo y a su madre, dijo, “todo mi cuerpo estaba cubierto de cicatrices, mi vista y mi oído se vieron afectados. Tzu Chi realmente me ayudó mucho, de hecho tenía demasiado miedo de venir, pero ahora no tengo miedo en absoluto”.
Durante estos operativos, además de la atención médica, muchos voluntarios ayudaron con las tareas de preparación, orientación, asistencia en distintos puestos médicos y más. Conociendo que los pacientes podrían sufrir de ansiedad los voluntarios cantaron, bailaron, enseñaron un poco de lenguaje de señas, y contaron la historia de las alcancías de bambú, para calmar y animar a las personas a abrir sus corazones, motivándolas a seguir adelante.
He participado en muchas clínicas gratuitas. El momento más satisfactorio es ver a los pacientes irse con una sonrisa en el rostro. Eso significa que lo hicimos, cumplimos nuestra misión y lo merecemos.
Steven Voon
Director ejecutivo adjunto
Fundación Médica Tzu Chi
Sembrando raíces en México
Después del trabajo realizado por Tzu Chi en 2017 y conociendo las necesidades en México, se decidió centrarse en ofrecer atención a mediano y largo plazo en México.
El equipo médico estadounidense presentó las necesidades y problemas del pueblo mexicano a la Maestra Cheng Yen, luego gracias al esfuerzo de Han Huang, quien en ese momento era el director ejecutivo de Tzu Chi USA y de William Keh, quien tenía el rol de director general de la Fundación Médica Tzu Chi en ese entonces, se decidió realizar clínicas gratuitas en México de forma trimestral. Posteriormente, el equipo médico de Tzu Chi USA viajó a la comunidad de Coyoacán, en la Ciudad de México, el 13 de enero de 2018, para realizar una distribución de ayuda y una clínica gratuita de dos días en la que se atendió a 513 pacientes.
Desde entonces, Tzu Chi ha cumplido su compromiso con el pueblo mexicano. El equipo viajó a México seis veces entre abril, septiembre y noviembre de 2018, y abril, agosto y noviembre de 2019, organizando varias clínicas gratuitas en Jojutla, Xochimilco, Ciudad de México y Tlaquiltenango, respectivamente. A finales de 2019, el equipo médico de Tzu Chi había realizado un total de 36 sesiones durante sus ocho viajes a través del país con un total de más de 24.415 pacientes atendidos.
“Estas personas necesitan mucha más ayuda de la que podemos brindarles a corto plazo. Cómo desearía poder quedarme aquí para siempre, pero sé que eso no es posible”, contó Paul Sanquesa, voluntario de Tzu Chi USA.
Tzu Chi continuó brindando apoyo financiero y recursos médicos en México, pero también creó y desarrolló equipos médicos locales organizando varias sesiones de capacitación de voluntarios a lo largo de dos años y reclutando trabajadores de la salud para garantizar que las necesidades médicas diarias de la población local sean atendidas.
No importa cuántas clínicas gratuitas pueda organizar el equipo estadounidense; el equipo de voluntarios debe invitar a trabajadores sanitarios locales y animar a los médicos locales dando ejemplos. Si se trasladan, naturalmente estarían dispuestos a contratar clínicas locales gratuitas, y se podría lograr gradualmente la autosuficiencia.
William Keh
Ex director ejecutivo de la Fundación Médica Tzu Chi
La dedicación y el trabajo incansable ha arraigado firmemente el nombre de Tzu Chi en México, estableciéndose como la organización benéfica más confiable entre la población local: “Cumplen sus promesas y llevan a cabo lo que dicen”, comentan las personas que Tzu Chi ha tenido la posibilidad de ayudar.
Esta confianza y conexión emocional resuenan profundamente en Tzu Chi, forjando un ciclo de amor y generosidad en los corazones de las personas. Un número significativo de voluntarios locales y profesionales médicos se han unido a la Misión Médica de Tzu Chi en México, marcando otro hito notable en la historia de sus esfuerzos médicos.
Los voluntarios locales hicieron un gran trabajo en ese momento. Estaban entusiasmados e hicieron lo posible para agilizar todos los procesos para que los médicos de Tzu Chi pudieran trabajar con tranquilidad al llegar. Incluso el gobierno local estaba profundamente conmovido.
Martin Kuo
Voluntario de Tzu Chi
“Me llena de alegría contribuir aquí, ser parte de ustedes y apoyarles para ayudar a más personas necesitadas. ¿Por qué?, porque este es mi país y ellos son mis compatriotas, no podemos estar separados”, dijo Alejandra Rodríguez Cuevas, una voluntaria mexicana. “Presenciar toda la ayuda que traen es verdaderamente sorprendente y conmovedor. La bondad que percibo al dar eleva mi espíritu”, agregó.
La ayuda de Tzu Chi en México no se detiene
A principios de 2020, la pandemia de COVID-19 afectó la operación de la clínica gratuita de Tzu Chi en México, sin embargo, la asistencia no se detuvo. Desde hace 28 años, un grupo compuesto de voluntarios ha estado trabajando incansablemente en Tijuana, México, llevando consigo el amor y la bondad de Tzu Chi, beneficiando así a la comunidad local.
En 1995, Ah Mui Manguy, una voluntaria hispanohablante, respondió a la invitación de Stephen Huang, entonces director ejecutivo de la sucursal estadounidense de Tzu Chi (actualmente Tzu Chi USA), para evaluar la situación en Tijuana, México. Quedó impactada por la falta de recursos en materia de salud en la zona. A partir de diciembre de 1995, un equipo médico de la clínica gratuita Tzu Chi en Alhambra, California, ha estado realizando clínicas médicas gratuitas a largo plazo en Tijuana, proporcionando valiosas oportunidades médicas a los habitantes locales.
Mientras que en abril de 1997, Tzu Chi proporcionó atención médica occidental y odontológica gratuita en la Escuela Primaria Tijuana Tzu Chi (establecida en noviembre de 1996). La escuela, situada en la empobrecida comunidad de La Morita, también sirve como centro comunitario que atiende a casi 500 niños y residentes.
Desde entonces, los voluntarios de Tzu Chi USA han cruzado la frontera entre Estados Unidos y México para llevar a cabo distribuciones y clínicas gratuitas hasta 2015. Entonces, Teresa, una residente de la zona, conmovida por las acciones altruistas de Ah Mui Manguy y del médico de medicina tradicional china Joe Wang, donó un terreno en Tijuana, con la esperanza de que se utilizara en beneficio de la comunidad local.
Joe Wang y Ah Mui Manguy trabajaron arduamente para completar la construcción del campus médico en 2018. Los voluntarios de Tzu Chi USA, junto a profesionales de la salud locales, comenzaron a brindar atención médica, medicamentos y distribución regular de alimentos para ayudar a los más necesitados en el campus.
Vale la pena destacar que en 2011, el doctor Joe Wang, quien residía en Los Ángeles, California, se unió a Ah Mui Manguy para ofrecer asistencia médica, financiera y alimentaria a los desfavorecidos de Tijuana. Durante años, viajó más de seis horas semanalmente entre Tijuana y Los Ángeles, pasando tres o cuatro días en Tijuana, brindando tratamiento gratuito y capacitando a voluntarios para servir a la comunidad.
Nací con un amor natural por ver a los demás felices y ayudarlos a aliviar su dolor. Después de entrar en contacto con Tzu Chi, me inspiré para ir a México varias veces y sentí que la gente allí estaba sufriendo demasiado, así que tengo la intención de ir a México para hacer buenas obras y transmitir compasión.
Joe Wang
Médico de TIMA
Durante más de una década, Joe Wang y Ah Mui Manguy han dedicado incansablemente su tiempo en Tijuana, brindando atención en hogares de ancianos, refugios para personas sin hogar y comunidades afectadas por el VIH/SIDA. Han apoyado con becas a niños con problemas económicos, asegurando que completen sus estudios, y han facilitado subvenciones médicas para que los pacientes accedan a tratamientos efectivos y se recuperen prontamente.
A pesar del esfuerzo, aún queda un largo camino por recorrer. Este país puede ser una tierra colmada de oportunidades y bendiciones. Tzu Chi se compromete a seguir profundizando su labor y redoblar sus esfuerzos para transformar las vidas de aquellos que sufren, llevando esperanza a cada paso.